La decente
Fecha: 08/05/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos
... precioso chochito, rodeado de pelo negro y rizado. Lo primero que hice fue lamer toda aquella aguadilla que inundaba su chochito, La Decente, estaba temblando. Después de masajear su clítoris con mi lengua con movimientos ascendentes, descendentes, laterales y en círculos, de follar su chochito con mi lengua y de oír sus sensuales jadeos, oí como me decía: -Eres el primero que me, que me, que me, ¡¡que me cooooooorro! Se corrió entre gemidos, temblores, y fuertes sacudidas, y dejó mi mentón y mi cuello empapados con su corrida. Al acabar, le pregunté: -¿Tu marido no te la come? -No. Nunca baja al pilón. No le debe gustar. -Él se lo pierde. ¿Hay alguna cosa más en la que seas virgen? -Hay, pero para eso tu polla es demasiado gorda. -¿Pienso bien si digo que estás hablando de tu culo? - Sí, piensas bien. -Bueno, ¿qué? ¿Follamos o no follamos? -No dejaría de follarme a un yogurín virgen por nada del mundo, pero antes vamos a hacer algo. La segunda vez que me corro es mejor que la primera. Me llevó a su habitación. Me desnudó. Me la volvió a chupar, y luego me dijo: -Vamos a hacer un 69. Ya comiéndosela... -Eres un fiera. Me tienes a punto. Tú ya hiciste esto antes. -No, no lo hice, ya te dije que lo aprendí viendo porno. ¡Si supieras la cantidad de fantasías que tuve contigo por porno! Se la seguí comiendo. -Yo también tengo una fantasía, pero no sé si te gustará cumplírmela. Me la siguió chupando. -Puedes estar segura de que la vas a cumplir ¿Cuál es? -¿Me bebes una corrida? ...
... -Claro que sí. ¡La de veces que me pajeé pensando que te la bebía! Se incorporó. Puso su chochito cerca de mi boca. Metió dos dedos dentro. Al ratito un pequeño torrente de aguadilla viscosa me llenaba la boca. Por sus jadeos, pensé que ya acabara, pero sacó los dedos. Acarició su clítoris y fue cuando empezaron los espasmos, los temblores y las convulsiones, y más líquido viscoso llenó mi boca, el cual bebí con ganas. Al acabar de correrse, le di dos sacudidas a mi polla y me corrí como un bendito. Descansamos un par de minutos, boca arriba, mirando al techo, sin decir nada. Fue ella la que rompió el silencio. -¿Te importa que te folle yo a ti? Es que tienes la polla muy gorda y me podrías hacer daño. -¡Qué me va a importar! Es otra de las fantasías que tengo contigo. Subió encima de mí. Cogió mi polla. Acarició su chochito con ella, repetidas veces. La empezó a meter. Entraba apretadísima, Cuando iba por la mitad, me corrí dentro de la Decente. Jadeaba como una loca. Estaba desatada. -¡Dame más leche, dame más! Cuando la metió del todo, me volví a correr dentro. -¡Más, quiero más leche! ¡¡Llénamela!! Un par de minutos más tarde, mi polla ya entraba y salía con facilidad. Su aguadilla y mi leche habían hecho de lubricante. La Decente, sabía follar como nadie. Se movía buscando mi corrida. Tres veces hizo que me corriera dentro de ella. Ella, cuando se iba a correr paraba, hacía lo mismo que hiciera yo, sólo que la Decente, al parar me daba las tetas a chupar, y después seguía. ...