Compañera de clase
Fecha: 24/09/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
La siguiente historia es totalmente real, sólo he cambiado los nombres para salvaguardar la identidad de las personas relatadas en este relato. Era un agosto muy caluroso, en todos los sentidos, el calor, todo el día ligeros de ropa y con el calentón a tope. Mi novia Marta y yo compartíamos piso y éste era nuestro primer verano en el piso que ella compartía con otras amigas suyas, estudiantes igual que ella. Sus amigas se habían ido a veranear con sus padres y sólo de vez en cuando aparecían por el piso, pero casi siempre sólo era por unos días. Primero lo hacíamos cada noche, varias veces, luego también por la mañana e incluso por la tarde, me excitaba sobremanera correrme en su boca y me aficioné a hacerle un facial cada noche, me encanta ver su carita de muñeca, sus pelos castaño claro, y sus ojos azules salpicados de semen. Verla luego limpiarme a fondo la polla me hacía ponerme a tope de nuevo. Un día hablando sobre qué podríamos hacer más fuerte, que fuera muy morboso, se le ocurrió a ella una idea muy fuerte, no quiso decirme nada, y tan sólo me dijo que una compañera de piso vendría dentro de pocos días. La verdad la idea me excitó mucho, y más tratándose de Marisol, una morenaza de tetas hermosas y de pezones siempre erectos, la conocía de años y me había hecho más de una paja imaginándome que me hacía una buena mamada y me corría en su boca. Al fin llegó el ansiado día de la llegada de Marisol, yo tenía constantemente la polla morcillona de sólo pensar en ella, y ...
... debido al calor y como siempre iba vestido con unos boxers y una camiseta de algodón, tal atuendo dejaba ver claramente mi paquete, que con mis 20largoX16contorno, era bastante llamativo. Llamaron a la puerta, el corazón me palpitaba muy deprisa, ya me imaginaba como provocar a Marisol, para intentar ponerla caliente y poder follármela. Marta abrió la puerta y entonces me llevé una gran desilusión había venido con su novio Juan. Todo estaba perdido pensé, tan sólo después de cenar, una cena regada con bastante vino, en la que el ambiente se caldeaba empecé a recuperar algo de esperanza. Luego mi novia propuso que pasáramos al salón a ver una buena película porno, la verdad es que íbamos todos un poco bebidos, pero sólo era un pedete lúcido. Marisol no apartaba su mirada de mi descarada erección que los bóxers poco podían hacer por ocultarla. Al ir al sofá le pegué como si fuese un accidente mi polla en su culito, tan sólo cubierto por la tela de una falda de vuelo. Un poco más tarde con la excusa de coger el mando de la tele, me ladeé y le pegué el paquete a su mano. Estaba muy salido y sólo pensaba en follármela. Marta sabía de mis ganas de tirarme a Marisol, y yo pensé que esa era su sorpresa para tener una noche muy morbosa, tal vez un intercambio de parejas o algo así. De pronto Marta llamó a Marisol y ambas se fueron al pasillo, por los gestos deduje que Marisol le estaba contando el incidente del paquete en la mano, ambas se reían a carcajadas, luego siguieron hablando ...