1. Madres sacrificadas 1: Cecilia paga por los pecados del hijo


    Fecha: 02/05/2018, Categorías: Incesto No Consentido Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    Cecilia recibió el primer mensaje una tarde de verano, mientras colgaba la ropa para que se seque al sol. Sintió la vibración dentro del bolsillo del pantalón, sacó el celular y leyó el mensaje: “sabemos lo que hizo tu hijito” el corazón le dio un vuelco. No sabía a qué se refería el mensaje, pero no dudaba de que era cierto que el chico andaba en algo raro. Tomi siempre fue un nene malcriado al que no supo controlar. Desde que se casó con Fernando hizo todo lo posible para ser una buena madre para el hijo de su pareja. Tomi tenía cinco años cuando Cecilia se unió a la familia, durante unos años se llevaron bien, ella pronto lo consideró un hijo propio. Pero llegando a la pubertad comenzó a descarriarse, tenía malas influencias, tomaba alcohol, y a ella ya no le hacía caso y le contestaba insolentemente. Además, amparado en su belleza y en su posición económica acomodada, siempre se creyó mejor que los demás. Era agrandado y arrogante, despreciaba a los pobres y a las personas que no consideraba bellas. Cecilia nunca pudo con él. Lo adoraba porque lo sentía propio, pero no tenía nada que ver con ella. A los veinte años Tomi se fue a vivir sólo. Ella nunca estuvo de acuerdo, pero su marido, un exitoso abogado que se llenaba de dinero sacando a los presos de la cárcel, le permitió vivir en un departamento que tenía en Almagro. Ahora que lee el mensaje se pregunta en qué lío se habrá metido su hijo. La respuesta llega enseguida en forma de video. Cecilia no sabía si descargarlo ...
    ... y mirarlo, pero la duda la atormentaba. Tocó la pantalla del celular, y una vez descargado lo abrió: era una filmación de tres minutos. Al principio aparecía borrosa y el que estaba grabando movía mucho el celular con el que lo hacía, sólo se escuchaban algunas voces, pero poco a poco la imagen se fue aclarando y la cámara se detuvo en una mujer. Era una adolescente, tendría como mucho dieciocho años, aunque Cecilia temía que fuese menor de edad. La chica estaba desnuda. Cecilia sintió escalofrío, porque ya sospechaba cual era el contenido de esa grabación. “por favor, no quiero” sollozaba la chica que estaba siendo filmada. Estaba arrodillada, y la rodeaban al menos tres personas a las cuales sólo se les veían las piernas. “Mirá, si no nos chupás la pija a todos, te vamos a escrachar por internet, vamos a publicar el video que te hiciste con tu noviecito y no vas a poder ni salir a la calle de la vergüenza”, se escuchó decir a una voz clara, a través del parlante del celular. La chica de la grabación comenzaba a balbucear algo, suplicaba que la dejen ir, y que si su viejo veía el video la iba a matar. Mientras Cecilia veía y escuchaba aquel video rogaba mentalmente para que la chica no se deje amedrentar por esos malditos, pero la adolescente dejó de implorar, lo que de alguna manera significaba un asentimiento, porque los tres hombres se bajaron los pantalones al mismo tiempo, y la chica, con lágrimas desbordando de sus ojos, comenzó a mamar a los tres abusadores. Luego le ...
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