-
Mi padrastro me atrapo masturbándome
Fecha: 06/12/2025, Categorías: Incesto Autor: LindaMaren, Fuente: TodoRelatos
... mi coño con ella. Sin que yo pudiera controlarlo, mi cadera tomó este ritmo y enfrentó los movimientos de empuje. “Psssssst”, me susurró al oído y fue lo primero que me dijo desde que entró en la habitación. La película todavía se estaba reproduciendo en la computadora portátil y fuertes gemidos salían de sus altavoces. “Julián, continúa, no pares”, gimoteé, agarré su mano izquierda y la posé sobre mi clítoris. Deje que lo acariciara con sus dedos. Esperaba que mi padrastro me follara más fuerte con la vela, pero fue todo lo contrario. Lentamente, casi suavemente, metía la vela en mí y yo me empujaba hacia ella cada vez más excitada. ¿Por qué Julian me hacía esto? ¿Por qué me hacía sufrir tanto? De repente, sacó la vela y la puso sobre la mesa. Suspiré mientras giraba la silla y me miraba. Sonriendo, se arrodilló entre mis piernas. Me acarició los labios con las manos, los separó y los miró con curiosidad. Luego se inclinó hacia adelante y observé con incredulidad cómo su cabeza se acercaba a mi regazo. Sentí su lengua acariciando mi coño. Cerré los ojos, gimiendo. Comenzó a lamerme lenta pero intensamente. Casi mecánicamente, metí la mano en su pelo castaño y corto y le sujeté la cabeza con fuerza. Mi padrastro sabía exactamente qué hacer. Lamió desde mi trasero sobre el perineo, a través de los labios de mi coño hasta mi clítoris y lo repitió varias veces. Un escalofrío de lujuria me recorrió. Sentí que un tremendo orgasmo se acumulaba en mí y gemí en voz ...
... alta. De repente, mi padrastro se retiró. "¿Qué..." Estaba a punto de gritarle que me lamiera más, cuando se enderezó y me miró. Sin quitarme los ojos de encima, se quitó los pantalones del pijama y los dejó caer al suelo. Saltó la polla más grande que había visto en mi vida. Era tan gruesa como mi antebrazo y el glande brillaba de un tono rojizo y vi el jugo en él. Era el último momento para poner fin a lo que iba a pasar entre nosotros. Pero ninguno de los dos lo aprovechó. Él acercó su polla hacia mi cara… Yo me incliné hacia adelante y abrí la boca. El grueso glande llenó casi por completo mi boca y cuando lo agarré, necesité ambas manos para ello. Nunca había tenido una polla en la boca y nunca había lamido, chupado una. Hice todo esto con la polla de mi padrastro y él puso su mano en mi cabeza, casi protectora, y acompañó suavemente todos los movimientos de mi cabeza. La polla tenía un sabor maravilloso, sus viscosos presagios de placer eran ligeramente salados y le lamí el glande con devoción, a lo largo del pene hasta los testículos y viceversa. Mi padrastro empezó a temblar y a gemir. Él vendría pronto y yo le devolví el favor que él me había hecho. Antes de que se pudiera correr, lo dejé colgado. Como si supiera por qué había parado, me levanto de la silla y me llevo como si fuera tan ligera como una pluma a la cama. Me echó en ella, se tumbó a mi lado y me puso encima de él. Nos besamos y yo sabía lo que él quería y él sabía lo que yo quería. Me enderecé, ...