1. Mariana y una lección de sexo


    Fecha: 11/11/2025, Categorías: Hetero Autor: Pepitito, Fuente: CuentoRelatos

    ... a disposición de su hambrienta boca que lo engulló para luego chupar y lamer durante varios minutos. Era incansable y parecía no saciarse, daba la impresión que tenía hambre de verga.
    
    A todo esto, mi calentura estaba en grado superlativo, por momentos sentía la sensación de correrme, pero Mariana que estaba atenta, detenía por unos segundos su quehacer y por las dudas apretaba con su mano la base mi pene para evitarlo.
    
    Me miró y me dijo… ¿te gusta? ¿Lo estoy haciendo bien?, a lo cual respondí con respiración entrecortada y acezante… Claro que me gusta, es maravilloso, no creo que nadie lo pueda hacerlo mejor. Ten cuidado que corres el riesgo de que me venga en tu boca. Sería sensacional para mí… me respondió. Y siguió lamiendo y chupando llevándome al paroxismo.
    
    Cuando su apetito pareció quedar satisfecho se recostó a mi lado, diciéndome,
    
    —No podía detenerme. Me fascina tu verga. Hubiera estado toda la noche mamándola y jugando con ella. Creo que te gustó, ¿verdad?
    
    —Fue maravilloso. Nunca me habían tratado así, digo a mi verga. Inolvidable. Pero ahora creo que debo retribuir tanto goce. ¿me permites?
    
    Mariana me había hecho una felatio tan fabulosa que yo sentí verdaderamente la necesidad de tratar de lograr que ella alcanzara las mismas sensaciones. Comencé a besar y lamer su cuerpo desde su cara hasta los dedos de sus pies. En ese tránsito me detuve especialmente en sus preciosas tetitas para llevármelas a la boca y jugar con ellas. Sus grandes pezones, ...
    ... durísimos, fueron un manjar exquisito. Cumplido el recorrido entre gemidos de mi pareja, me deslicé hacia su entrepierna para comerle la almeja.
    
    Mariana me facilitó la tarea abriéndose de piernas y colocando un almohadón bajo sus riñones para que mi cara pudiera enfrentar su apetitosa vagina. Desplacé unos pelitos que me impedían llegar a su vulva y me di a la tarea de realizar el mejor cunnilingus de mi larga historia como chupa coños. Me ayudé con mis dedos para abrir sus labios y comenzar una sesión de lamidas y chupadas por toda la superficie de su vulva. Realmente era una delicia comerse esa almeja rosada. Mi lengua, ansiosa y curiosa, recorría todos los rincones saboreando la suave superficie vaginal, iba y venía buscando saciar mi apetito.
    
    Haciendo las veces de un pene se metió en su cavidad entrando y saliendo en repetidas oportunidades. Me acompañaban los gemidos profundos de Mariana, que me regalaba sus jugos, que derramaba en abundancia, y que yo bebí con placer. Estuve un largo rato en esa tarea y entusiasmado porque ella me animaba… Que bien lo haces, papito, no sabes el placer que siento… No pares por favor que quiero acabar en tu boca… En un momento que me retiré para tomar aliento… no pares, sigue, sigue que estoy llegando al clímax. Sigue Carlos, no me abandones…
    
    Por supuesto yo seguí saciando mi deseo. En la búsqueda de un mayor placer mutuo llegué a su hinchado clítoris para lamerlo una y otra vez hasta que vino lo que ambos sabíamos que ocurriera. Y ...