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Visita a la doctora
Fecha: 05/11/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: lceman, Fuente: CuentoRelatos
... dedo en lubricante mi esfínter no le dejaba trabajar con soltura, así que sacó la punta de este, lo único que había podido meter en mi ano y me pidió que me relajara que no tardaba nada, de todas maneras me pidió que me subiera a la camilla y me pusiese a cuatro patas sobre ella pata estirar más la zona. Eso fue demasiado y me encontraba fatal, intenté relajarme y me dije que de perdidos al río, la doctora intentó insertarme el dedo y esta vez noté como traspasaba mi agujero en su totalidad, su mano rozaba mi zona perineal y notaba como el dedo hacía su exploración, la verdad es que no sentí ningún tipo de dolor y me di cuenta que mi pene el cual colgaba entre mis muslos se estaba poniendo morcillón, mi respiración empezó a acelerarse y lo que ocurrió a partir de ese momento todavía no lo puedo asimilar. Mientras el dedo de la doctora recorría mi agujero por mi cabeza pasaban todo tipo de imágenes y por un momento llegué a pensar que no deseaba que lo sacara nunca, yo nunca había explorado ese agujero y por nada del mundo creía que pudiera ser tan placentero. Mi mente estaba en otro sitio y mi pene totalmente erecto apuntaba directamente a mi cara cuando un poco avergonzado intenté balbucear una disculpa por mi estado de excitación. La doctora, creo yo que intentado mantener la compostura, me dijo que era normal y que no era al primer hombre que le pasaba, me tranquilicé y oí como la doctora le decía algo a Wilson que no entendí, este fue hasta el otro lado de la ...
... consulta y noté como bajo su pantalón su paquete pugnaba por salir por el bolsillo lateral del pantalón, me quedé de piedra, tenía una erección enorme como él, sacó de un cajón un objeto que en un principio no reconocí y cuando se lo dio a la doctora esta me dijo que me relajase un poco más porque me podía doler más que el dedo. El objeto en cuestión era un espéculo, con mucho cuidado la doctora lo insertó en mi ano y siguió con la exploración, el especulo cumplió con su trabajo a la perfección, ya mucho más relajado noté como mi esfínter cedía ante las dos pinzas que lo forman y sentí como mis entrañas pudieron casi notar el frescor del aliento de la doctora mientras observaba dentro de mí. Oía como los dos comentaban algo, lo sacó y me dijo que iba a volver a meter su dedo, en este caso dedos, yo no entendía, pero mi estado de excitación dejó que la doctora hiciera lo que quisiera. Con mi cabeza entre mis brazos, a cuatro patas y mi culo totalmente en pompa, no podía ver lo que en la consulta estaba pasando, lo que si sabía era la oleada de nuevas sensaciones que me inundaban, noté como la doctora introducía dos dedos dentro de mi ano, la verdad es que a esas alturas por mi cabeza ya había empezado a planear la idea de que la consulta iba a acabar por otros derroteros y que la doctora simple y llanamente estaba abusando de mí, nada importaba ya. Noté como algo más intentaba entrar en mi culo, enseguida reconocí el tercer dedo de la doctora, mi espalda se arqueó y mi ...