El dundo capitulo IV - Relatos Eróticos

El dundo capitulo IV

... que todo lo que se haga, se diga, o se vea aquí no lo sabrá nadie

Los cuatro pasamos al salón el cual estaba estratégicamente manipulado para provocar las situaciones comprometedoras sexualmente

Ya en el salón empezamos a mover algunas cosas y al cabo de unos pocos minutos aproveche el calor que estaba haciendo para decir (quitándome la remera)

Profe – niñas si sienten calor pueden quitarse la blusita

Susana – profe le va a ver Max

Profe – mira Susanita ya todas nosotras estamos grandecitas y Max es un caballero, no va decir nada de lo que vea aquí porque lo prometió ¿verdad Max?

Max – si profe mis labios están sellados

Mireya quitándose la blusa también, dijo

Mireya – susana quítate la tuya no tengas pena

Susana – yo no tengo calor

Mireya con sus dos turgentes tetas al aire

Mireya – ay no Susanita si quieres ser como yo tienes que dejar la mojigatería, además el no dirá nada

Susana – dale pues, pero con una condición; que él se quite la camiseta también

Max – zas me la quito.

Quedando todos con el torso desnudo seguimos moviendo algunas cosas Susanita no dejaba de mirar mis tetas y las de mireya a veces con disimulos a veces descaradamente, y Max no era de palo y por mucho que lo evitara una leve erección se estaba apoderando de su entrepierna cosa que Susanita miraba con disimulo total.

Otro paso adelante: quitándome el short licra que traía puesto dije

Profe – el calor es insoportable y esta tela es bastante ...

... caliente

Mireyita – si profe yo también me quitare la faldita y tu ¿susana?

Susana – no yo no eso si no

Y así quedo la situación por unos pocos minutos hasta que mireya apartándose un poco de lo que estaba haciendo empezó a mover las caderas y la cintura haciendo bambolear sus senos y tararear como si estuviera animando un juego a lo cual Max y yo le echamos porras a la chica

Max y profe – hurra, hurra, mireya, mireya ra ra ra, yiiiii

Mireya – susana, susana ra ra ra

Susana sintiéndose aludida y por no dejarse de mireya también se lanzó a un espacio vacío bailando quitándose tímidamente la falda para quedarnos las tres hembras en solo en nuestros pantis

Profe – que Max se quite los pantalones

Mireya y susana al unisonó – siiii que se los quite

Este ni corto ni perezoso se apresuró a hacerlo; Susanita abrió la boca como queriendo gritar, pero sin emitir sonido alguno, Mireyita, aunque ya conocía perfectamente bien esta herramienta no dejaba de siempre de dar una impresión de admiración por aquel aparato máxime al ver como sobresalía del borde superior del calzoncillo de su portador

Profe – ay Max como se te sale esa cosota por encima del calzoncillo, pero ya arreglaremos eso. Me acerque a él separando la prenda intima con una mano, mientras metía la otra dentro de esta agarrando su tranca que apuntaba hacia el techo, para acomodarla de lado apuntando hacia la izquierda para luego volverla a cubrirla con sus interiores; el bulto que formaba esta, en la prenda ...