1. El aroma de un desconocido...


    Fecha: 23/09/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... piel. Dejé de tocar mi verga.-¿Te sientes raro?-Sí, un poco.-Pero muy excitado. Más que nunca.-Así es.-Es producto del tratamiento. HUELE UN POCO MASAsí lo hice.-Sabes que son los Poppers?, me pregunto-No, le dije-Ya te lo explicaré, pero ahora quiero que humedezcas un dedo tuyo y comiences a acariciar con su humedad tus pezones.Cada palabra suya era una orden. En apenas un segundo mi dedo humedecido con mi saliva giraba alrededor de mis pezones. Se pusieron muy duros, muy rápido.-Te gusta tocarte ahí?-Se siente muy rico.-No dejes de hacerlo, son tus tetitas, precioso.-Me acariciaba más y más. Nunca había sentido tanto placer en esa zona como ahora.-Vuelve a chuparte un dedo y así, acostado, levanta tus piernas y llevalo a tu culito.-Sí, si.-Acaríciate el agujerito despacito y deja que tu dedo empiece a entrar en ti.-Sí, sí...-Te encanta, verdad?-Sí, mucho, me calienta mucho-Pero sabes que tu culito necesita algo más que un dedo, verdad.-Sí-Dime que es... dímelo-VergaaaaaaCortó la comunicación y yo seguí acariciando mi cuerpo, hasta derramar mi semen sobre mi pecho. Por primera vez, probé mi semen. Estaba aprendiendo rápido, demasiado rápido y me encantaba.Necesitaba que me llamara nuevamente, pero el "malvado" no lo hizo en ese momento.Mientras intentaba despejar mi mente y limpiarme, sabía que estaba perdido. Alguien había descubierto el secreto más profundo que tenía. Tan secreto, que ni yo mismo lo conocía totalmente. Tenía mucha culpa de haber hecho lo que hice, de ...
    ... haber cedido a ese hombre, de haberme dejado llevar al placer total, haciendo lo que él me decía.Seguía un poco aturdido, mientras iba guardando todo lo que él me había enviado. Me preguntaba quién sería, pero al mismo tiempo intentaba no saberlo, porque me daba mucho miedo. Era una mezcla extraña de sentimientos. Por una parte lo deseaba, era indudable. Pero por el otro, quería que desapareciera, que me dejara en paz.En el fondo sabía que no tardaría en descubrir quién era. ¿Qué haría entonces? Acaso me escaparía o por el contrario, iría con él y dejaría que pase lo que tarde o temprano iba a suceder?Tenía muchas dudas. Pero él no me dio demasiado tiempo para más dudas. A los tres días, la duda se develó.Como todas las mañanas salía a las 7 a tomar al microbús que me llevaba a mi colegio. Esa mañana, un carro se detuvo. Por el parabrisas percibí la imagen de un hombre, un hombre que me miraba. Un hombre que se me hacía conocido, pero a quien no distinguía muy bien. Y del espejito retrovisor, colgaba algo. Yo esperaba el microbús, pero miraba el carro y finalmente distinguí que del espejito colgaba una bolsita idéntica a las que me había enviado.Empecé a caminar... sabía que era él. Mi corazón latía muy aprisa. Caminé y me di cuenta que el carro avanzaba. Se puso a un lado mío y la ventaba se bajó. Escuché su voz: "es hora de que subas, me dijo". Lo miré y lo reconocí: era Alberto, un señor que trabajaba en la papelería de la esquina de mi casa, y que desde hace años lo conocía. ...
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