Alexa
Fecha: 20/04/2018,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hola amiga o amigo lector mi nombre es Alexa, tengo 26 años y puedo decirte que ya he disfrutado de lo mejor del sexo, lo he hecho de todas las formas que a los hombres con los que he estado se les ha ocurrido, pienso que para sentir verdadero placer se debe ser desinhibido y estar dispuesta a todo. Pero en este relato solo voy a contar acerca de mis mejores experiencias aunque no sean con un humano. Mi primera experiencia ocurrió cuando me deje llevar por la curiosidad. Después de haber leído cualquier cantidad de relatos en Internet y de haber visto muchos videos de mujeres teniendo sexo con animales, decidí probarlo por mi misma. Para hacerlo debería estar sola algún día y mientras se presentaba la oportunidad decidí que lo mejor era estar preparada, para eso lo único que necesitaba era comprar un poco de miel o algo parecido, así que compre dos tarritos de leche condensada y los conserve guardados hasta el día de mis juegos solitarios. Resultó que al fin se llegó el día. Me quede sola por un fin de semana y fue maravilloso. Lo primero que hice fue esperar que llegara la noche porque así lo disfrutaría mas, porque no quería que nada me interrumpiera me refiero al teléfono o algo parecido y porque en las horas de la noche hace algo de frío y se siente la necesidad de calentarse de alguna manera. A eso de las 12:45 subí a la terraza donde duerme mi perro rambo, no se porque tiene ese nombre si es un perro callejero que no se puede quedar quieto ni un instante, negro con una ...
... mancha blanca y mediano. Cuando me vio hizo lo de siempre me batió la cola y se acercó para que lo acariciara, lo hice y me dirigí cerca de donde se encuentra el lavadero. Sin pensarlo dos veces me desvestí por completo sintiendo el frío y la sensación extraña de la primera vez, con el convencimiento de que nadie se iba a enterar nunca y que sería otro de mis tantos secretos de placer. Pensé en todo lo que había visto en Internet: mujeres chupando pollas de perros o puestas en cuatro patas, eso era en lo que mas pensaba pero no estaba dispuesta a hacerlo, solo permitiría que su lengua me dejara satisfecha. Para mejorar la sensación me senté en el suelo con las piernas abiertas y las plantas de los pies sobre el piso, respire despacio, ya estaba un poco excitada. Destapé el primer tarrito de leche condensada y llame al perro, le di a probar de mi dedo y lo lamió como esperaba, hice que él se pusiera justo enfrente mío, puse una pequeña cantidad de leche condensada en mi muslo y esperé a que la lamiera, cuando lo hizo me di cuenta de que eso era lo que quería en mi vagina. Ya estaba excitada y después de que rambo terminó de lamer mi muslo puse una gran cantidad de leche condensada en mi florecita de oro, tanto como para haber lubricado un gran pene de plástico. Coloque mis codos sobre el piso y dejé que me lamiera, el lo hizo como si estuviese tomando agua, la sensación fue increíble, esa lengua áspera, larga y que no se detenía además de la excitación producida cada vez que ...