El director
Fecha: 23/09/2017,
Categorías:
Anal
Autor: MartaMo, Fuente: xHamster
El comienzo de la semana siempre es duro, pero lo importante para que el tiempo pase pronto es asumir el secreto y, se lo digo continuamente a mi cabroncitoliber1, el secreto es vivir día a día, hora a hora, minuto a minuto y segundo a segundo.Dejé en su oficina aLiber1 y, yo continué para cumplir con mi trabajo, ser gerente puede ser duro, por la gran responsabilidad, pero también es gratificante y hasta divertido si le sabes ver las ventajas que tiene.Me gusta vestir femenina, ropa ajustada, faldas cortas, escotes insinuantes, y por supuesto, todo para poner cardíaco a mi cabron, objeto de mis deseos, sueños e ilusiones. Debajo de esa ropa ajustada, elegante y femenina, la única ropa interior que gasto son medias de ligueros, y algún corpiño o sujetador insinuante. ¿Braguitas? ¿tangas? Ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que las usé.... es que, saberme deseada por mi maridito y, saber que siempre tiene su miembro bien a punto para desearme, taladrarme y partirme en dos, me pone húmeda y caliente y, me incita a hacerle un auténtico cabrón.Llegué a mi lugar de trabajo, dispuse todo lo que había que hacer y, volví a irme. Esta vez tenía que visitar a un cliente, acudí al Hotel que dirige y, me condujeron a su amplio despacho, con vistas a la zona de la piscina, jardines. Ufff, una maravilla. No le conocía personalmente.Me senté en uno de los amplios sofás que hay en el despacho, dejando bien a la vista mis torneadas piernas enfundadas en sus medias negras de cristal ...
... transparentes, mi falda siempre corta las dejaba bien a la vista y, mi blusa con su amplio escote en forma de uve, dejaba marcado un canal, entre los dos pechos, insinuante y apetecible. Al menos eso me había dicho esa mañanaLiber1.Cuando entró aquel espécimen me puse aún más caliente, era atractivo, bien vestido, buen porte y aires de importancia que le daban un toque prepotente.Cerró tras de si la puerta del despacho, me crucé de piernas ampliamente, sabiendo que por mis muslos y la postura no alcanzaría a ver mi raja, depilada completamente con sus abultados labios vaginales y, completamente húmeda, pero sabía que se pondría tan caliente y con ganas de ver que, desde ese momento estaría más pendiente de mi entrepierna que de la conversación que mantuviésemos.Se acercó a mi, me levanté y le tendí la mano, mientras le miraba con una amplia sonrisa seductora, me la cogió más que un apretón me la acarició, su mirada se depositó esta vez en mi generoso escote que, al inclinarme, dejaba ver el comienzo de mis pechos, con sus pezones duros y erectos por el roce del tipo de sujetador que llevaba puesto, que era una simple copa, que sujetaba, pero que dejaba al aire libre y a la vista los dos pezones.Nos sentamos y comenzamos la conversación que me había llevado allí, cruzaba y me acariciaba los muslos, de tal forma que estaba nervioso y, excitado, miraba mis piernas siguiendo cada movimiento con la esperanza de poder ver mi ropa interior tapando mi vulva.En un momento de la ...