JUEGOS CON MI HERMANO II - Relatos Eróticos

JUEGOS CON MI HERMANO II

A partir de esa noche las cosas fueron mucho más osadas con mi hermano Manuel, le gustaba mucho el sexo, a mí también así que aprovechábamos cualquier momento y rincón de la casa para meternos mano, amaba su verga, por mí hubiese pasado todo el día colgado a ese palo caliente. Una tarde en que volvieron de jugar futbol con mi otro hermano, yo lo esperaba ansioso así que me metí a la ducha mientras se bañaba y me puse a mamar su verga, sentimos un ruido y tuve que salir corriendo porque mi hermano Juan andaba cerca. Por las noches cuando todos dormían me iba a su habitación y me entregaba completamente, le abría mis piernas para que me ensartara su verga completamente, le decía que no me sacara nunca su miembro de mi culo, incluso una noche me dormí ensartado en mi hermanito. La calentura nos jugaba una mala pasada, a veces entraba mi madre 
al comedor justo cuando yo había alcanzado de sacar el miembro de Manuel de mi boca, en una ocasión tenía semen escurriendo por mis labios, menos mal que mamá no se dio cuenta. 
Pero no todo podía ser un jardín de rosas, aunque en la intimidad no nos tratábamos como hermanos sino como amantes y a veces nos escapábamos hacia el centro de la ciudad donde poder andar de la mano o incluso besarnos sin que nadie sospechara que éramos hermanos. Un día de improviso todo mi mundo perfecto se desmoronó, mi padre lo envío a casa de un tío en el sur del país a trabajar, la situación no estaba bien económicamente así que Manuel partió al sur, la ...

... noche antes de partir no nos importó si nos escuchaban o no, hicimos el amor toda la noche, me comí su verga con más ansias que nunca, le entregué mi culo una y otra vez, le saqué hasta la última gota de leche, toda para mí.
Pasó el tiempo y no nos veíamos, yo estaba mal, lo echaba mucho de menos y trataba de calmar mi calentura cuando pensaba en él, por las noches era una tortura pensar en su cuerpo, me pajeaba, metía mis dedos en mi hoyo para darme un poco de placer. 
Al final de ese año volvió por unas cortas vacaciones a casa, pero no llegó solo trajo a su novia con él, me quise morir, intenté hablar con Manuel a solas, pero me evitó por todos los medios, me sentí perdido. Un día caminando sin rumbo fijo Manuel se iba ese día al sur, llegué hasta un parque, comenzaba a oscurecer, me senté sobre el pasto con la mirada perdida. No me di cuenta cuando un hombre como de unos 50 años se sentó cerca mío, andaba con short y sudadera. En un primer momento no le presté importancia, pero luego vi que el hombre estaba sentado directamente hacia mí, con las piernas separadas, el short era amplio y cortísimo, por lo tanto pude notar que por una pernera emergían los huevos se notaban claramente, pensé en irme, pero me quedé ahí, el hombre sonrío, vi como metía la mano y se acomodaba la verga de tal forma que sobresalía del pantalón, seguramente andaba sin ropa interior. Pude notar como su verga iba parándose hasta quedar totalmente erecta, se me llenó la boca de agua, nunca había estado ...