1. Amante designado (1): La mujer del padrino y su amiga


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... abusando de mi calentura, ambas se me ofrecían como en delirio de un sueño erótico del que no quiero despertar. La esposa del padrino, se conformó con el abrazo y sentir la “cosota” apoyada en la raja, corto “manoseo” y volvimos a la mesa, yo previo paso por el baño para dar tiempo a que la cosota esté más discreta. La madrugada los había encontrado bien “entonados” era tiempo de emprender el regreso, primero pasamos a dejar al padrino, luego Ely me acompañó para dejar a los amigos en su casa y volvernos. Grace me pidió ayudar a subir al dormitorio al marido, el licor no le permitía conservar la vertical al caminar, acompañarlo hasta el dormitorio del primer piso es trabajo de hombre, por eso te trajimos. - Ayuda a subirlo y vuelve por el café. – sonrisas cómplices de ambas. Dejé al Edu, volví con las “chicas”, estaban exultantes, haciendo café y sonriendo. Tan pronto llegué me acaparó Grace, tomó de la mano y llevó hasta el escritorio, soltó la mano y se colgó de mi cuello, ese casi orgasmo en el pub apremia sus ganas, puso mis manos en su cintura, y se colgó del cuello, comió la boca, todo en un instante. La pasión y la calentura mandan, descubre las tetas, me las pone en la boca, quiere al glotón que se las coma, atenazo las nalgas, los dedos llegan hasta lo profundo, ano y vagina sienten el efecto de la rapiña del macho joven. Colgada del cuello, pone la pierna en mi cadera, baje pantalón y calzón de una, de un tirón desgarré la tanga, entré en ella con la brutal ...
    ... exigencia de la calentura extrema. Tantea, peso y grosor, inspira profundo se prepara, puedo sentir que sus ganas dicen ya! y el miedo dice cuidado! El tiempo apremia, la calentura exige, no es tiempo para la filosofía del quiero y no debo… - Ahjjjjj, qué gorda se siente. Me entró todaaa!!! Me abristeeee El grosor del miembro se escurre entre los jugos, de un golpe me mandé a fondo, la calentura me había convertido en un toro, embestía como para atravesarla, salvaje violencia del deseo ardiendo en mis venas, solo escucho sus gemidos como venidos del más allá, encerrado en mis propias sensaciones. Era una mujer para morir en el intento por trascender, sentía una mujer auténtica, gozando, sintiendo al hombre que la atraviesa con el ardor de la juventud, me abraza con fuerza no quiere perderse los latidos de un joven que se está graduando en la escuela de su placer. Duró mucho menos de lo que estoy acostumbrado las sensaciones me hicieron perder la concentración, su calentura exigía poner lo mejor de mí. – Ay… qué bueno es sentirte así, me estás llevando al cielo. Estoy llegando, llegaaanndooo… Ay! Qué bueno. Se apretó bien fuerte, sentí sus talones en mis costillas, tenazas que quieren llevarme a la fragua de su sexo, agitada forjando mi verga a la medida de su calentura. Un segundo estertor, la estremece. Ella sabe leer los mensajes corporales, comprende que me estoy conteniendo. - Vamos, vamos, te quiero ahora, ya! acábame… -entendió la duda. –Dentro, dentro… por favor… Mi sexo ...
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