Esther: despedida de soltera en familia (11)
Fecha: 16/07/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos
... compartirnos con nuestra madre a pesar de que en realidad no queríamos hacerlo, y luego, bueno… - ella me miró de una vez más, pero su gesto ya no era de odio, simplemente me transmitió con el brillo de sus ojos la profunda pena que sentía al saber lo que ese mismo día pasaría - supongo que no queda mucho por hacer, más allá de aprender a vivir con lo que no podemos ser y asumir que las cosas no serán como quisiéramos que fueran - dijo con tristeza - aunque si te soy honesta, no entiendo por qué aceptaste algo como este trato, ¿Por qué no solo te fuiste con ese chico y dejaste atrás todo esto? Quiero decir, nosotros no podríamos escapar de mamá porque, bueno, ella es dueña de todo, si nos alejáramos de ella lo perderíamos todo, por completo, pero en tu caso…
- Sí, bueno, mamá no es una persona que acepte un no por respuesta, si yo me hubiera ido seguramente hubiera encontrado la forma de culpar a mi hermana y eso no tenía forma de resultar bien, no sería capaz de vivir tranquila sabiendo lo que le podría hacer a Paola si yo me escapara.
- ¿Tan mala ha sido Ana con ustedes? - preguntó Julia extrañada, pero no tuve tiempo de contestarle antes de presenciar cómo el auto se detenía y la puerta se abría mientras una pequeña multitud se aglutinaba detrás del par de hombres que formaban un escudo para dejarme bajar del auto y después acompañarme hasta el interior del templo donde tendría lugar mi boda. Julia me tomó del brazo para retenerme un momento más cuando hice el ...
... intento de salir del vehículo - escucha, sé que he sido una perra contigo, pensé que eras una chica interesada que solo veía en mi hermano su dinero y la posibilidad de… no sabía que tú también… no tenía idea de que… en fin, lo lamento, de verdad, y te prometo que no seré tan mala en el futuro, después de todo, a partir de hoy seremos familia ¿No? - dijo, tratando de dibujar al final una sonrisa que se desvaneció en la intensa tristeza que se reflejaba en el opaco brillo que apenas era destellado en sus ojos.
Un abrazo tan honesto como tortuoso cerró aquella conversación, un segundo previo a que besara mi mejilla, sintiendo cómo aquello que se había roto en mi alma cuando fui violada por esos hombres, de pronto se manifestaba en forma de una desesperada necesidad de cariño que no conocí hasta ese momento en que por primera vez en mucho tiempo me sentí abrazada por la empatía de una persona que compartía al menos una parte de mis sentimientos, dejando de lado el infierno que refulgía en mi interior después de que mi alma se hubiera fragmentado, cuando mi cuerpo fue transgredido e intercambiado por un pedazo de papel, gracias a la perra que era mi propia madre.
Julia se apartó un poco de mí y me dedicó lo que interpreté como un intento de sonrisa empática, antes de que sus ojos amenazaran con nublarse en lágrimas y me dejara salir del vehículo en dirección de un destino que no debía ser el mío.
Bajé de la limusina sintiendo una extraña mezcla de emociones encontradas y de ...