Enredos de cables - parte 9 - Relatos Eróticos

Enredos de cables - parte 9

En ese momento abrí la app del vibrador y elevé la potencia de vibración y cerré el móvil.

Lo siguiente que recibí fue un mensaje de Gema:

Que corrida me he pegado cerdo, he manchado todo el sofá luego lo vas a limpiar a lametazos. He guardado el vibrador en un cajón porque si no cuando llegues voy a ser un cadáver deshidratado jajaja.

Encantado de lamer semejante néctar. Ya me queda poco para salir, en cuanto termine tengo que ir un momento por mi casa y luego voy a la tuya. Esta vez acabé el mensaje con un emoticono de una cara mandando un beso con un corazón y lo envié. Me di cuenta tarde del emoticono.

Gema se quedó un buen rato escribiendo el siguiente mensaje. Lo único que contestó fue el mismo emoticono que yo. Al ser solo 1 era muy grande y eso me alivió bastante.

Seguí con mis tareas hasta terminar, en ese momento me escribió Julia para ver si tomábamos algo pero le contesté que no. Ella me deseó buena tarde y cerré el portátil para irme a casa. Le escribí a Gema que ya salía para su casa y que en una media hora estaría allí. Volvió a contestarme con el mismo emoticono que antes.

La verdad que me había puesto nervioso al ver que tardaba tanto la primera vez en contestar al emoticono “erróneo” que había mandado yo y que ella tardaba tanto en contestar pero bueno esa situación un poco tensa ya había pasado y me dirigía a casa de una mujer que te podía secar con su cuerpo hasta en un dia humedo. Su apetito sexual solo era superado por su ...

... belleza.

Llamé a su puerta y me recibió con un batín de seda de color perla que hizo que se me cayera la boca al suelo y mi polla se pusiera dura en un micro segundo. No me la podía creer así vestida era una cosa que ni con una veinteañera podría mejorar. Se había hecho una coleta alta y tenía un mechón que le caía por la cara. La pose tampoco se quedaba atrás, tenía una pierna adelantada un poco y la otra flexionada apoyando la punta del pié detrás lo que hacía que el batín que ya era corto de por sí se subía un poco más dejando al descubierto sus muslos de infarto. Además llevaba unos tacones que la elevaban a mi altura, no sabía cómo no se había matado subida en eso. Yo no podía parar de alucinar con esa imagen que se me mostraba como si de un oasis en el desierto se tratara. Entré siguiendo el sinuoso movimiento de su culo que subía y bajaba al compás del movimiento de los tacones que la sujetaban. Llegamos al salón y se colocó al lado del sofá donde se notaba una mancha bastante grande ya seca porque había pasado bastante tiempo. En ese momento, si mi erección pudiera ser mayor, dejó caer la bata al suelo con un suave movimiento de su mano derecha. Estaba totalmente desnuda, yo estaba sin aliento, sin palabras y con un dolor de polla que no podía soportar. Tiré todas mis cosas al suelo y me desvestí lo más rápido que pude. me acerque a ella y la abracé delicadamente mientras recorría de arriba a abajo su cuerpo, ella permanecía inmovil y poco a poco su respiración se iba acelerando ...