Culeadita rica con el vigilante maduro de mi edificio
Fecha: 07/07/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Bellota89, Fuente: CuentoRelatos
... cachetero rojo de encaje. Me serví una copa de vino y a esperar.
Casi dando las 2 am sonó mi Interfon. Tímidamente escuché a Don Beni diciendo: ¡Está bien! Nos vemos abajo.
Bajé un gloss para labios, lubricante y un par de condones y bajé de inmediato. El edificio estaba súper silencioso, entonces mis pasos se escuchaban hasta donde ya estaba esperándome Don Beni. ¿Cómo le hacemos? Me preguntó. Usted déjemelo todo a mí, le respondí.
Los empleados de seguridad tienen en la parte baja del edificio, un cuartito donde pueden dejar sus cosas, cambiarse y descansar, y ellos mismos lo han acondicionado con colchonetas y cojines para hacer más llevaderos los turnos largos. Entramos a ese cuartito y procedí a volverme loca. Me hinqué frente a él, saqué su pene de sus pantalones, me puse gloss en los labios y comencé a besarlo y a lamerlo suavemente hasta que poco a poco comenzó a ponerse durito. No sé si fue por mi tiempo de abstinencia, pero su delgado pene se sentía delicioso dentro de mi boca, entrando y saliendo, dejando cada vez un poquito de su leche en mis labios. Él lo estaba disfrutando mucho, pude notarlo por sus gestos y por cómo intentaba no hacer ruido, pero poco a poco tomaba más fuerte mi cabeza para que se lo chupara más duro. Y ahí estuve, mamándolo y deseando que aceptara la siguiente parte de mi plan.
- ¿Le enseño algo, Don Beni? Le dije en un momento que logré sacarme su verga de la boca y me alejé para quitarme el pants y viera mi culito con ese ...
... cachetero precioso.
- ¡Está muy rico eh! Me dijo antes de acercarse para arrimármelo y pasarlo por mis nalgas.
Le pasé un condón y el lubricante para que me pusiera y después de una buena manoseada a mis nalgas y mi ano, me metió la verga de un solo empujón, directo hasta el fondo de mí. No pude evitar gritar, a lo que inmediatamente Don Beni me preguntó preocupado: ¿Te lastimé? - No, ¡Pero tápeme la boca o voy a gritar!
Así lo hizo Don Beni, me tapó la boca con su mano, por lo que mis gemidos se ahogaban en ella, mientras con la otra me tomaba por la cadera mientras me cogía bien duro contra la pared. Y sí, me dolía mucho el culo, pero no quería que terminara. Por alguna razón el no poder gritar me prendió muchísimo y yo también estaba con el pene erecto y súper mojado. Así estuvo cogiéndome hasta que después de unos minutos terminó. Mis piernas temblaban horrores, no podía sostenerme en pie, por lo que me quedé un momento con las rodillas abiertas en el suelo, y Don Beni frente a mí sudando, por tremenda cogida que me había dado.
Salgo yo primero y después usted, me dijo.
Y así pasó. Seguí por el sótano hasta las escaleras de mi piso y subí a mi depa, después de una rica y muy deseada cogida con este nuevo amante.
Unas horas más tarde volví a verlo antes que terminara su turno. Le dejé un termo con café y nos dimos los buenos días como lo habíamos venido haciendo con anterioridad.
Hasta el momento, todo bien.
Sin testigos, puro placer...
¡Hasta la ...