Eduardo ataca otra vez
Fecha: 20/09/2017,
Categorías:
Sexo Duro
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... de sus calzas. Antes de que comenzara a bajárselas, le advertí:“Ni se te ocurra, puto… estamos en mi casa y mi novio ya vuelve…”Eduardo lanzó una sonora carcajada y respondió:“Yo no pienso decirle nada a Víctor… imagino que vos tampoco…”Siguió bajándose las calzas y de repente apareció ante mi vista esa enorme serpiente que ya imaginaba. Era más grande de lo que suponía; más grande de lo que había sentido en ese baño de hombres…Quedó completamente desnudo frente a mí, con sus fornidos brazos en jarra y su tiesa verga apuntando hacia el techo.“Qué me vas a entregar en primer lugar, putita… la concha o la colita…?Por toda respuesta, aparté la sábana que me cubría y abrí mis piernas al máximo; ofreciéndole mi concha empapada.Eduardo subió a la cama y reptó entre mis muslos, hasta llegar a mis labios vaginales. Hundió su lengua entre ellos, haciéndome gemir de placer, al sentir el calor de su boca entrando a mi humedecida concha…Me lamió durante un buen rato y luego se incorporó sonriendo. Avanzó sobre mi cuerpo, hasta sentir que la cabeza de su gruesa verga se apoyaba entre mis labios abiertos y dilatados.“Quiero que me lo pidas, puta… quiero que supliques por mi verga…”Era demasiado para mi paciencia. El hijo de puta me había chupado la concha como nadie y ahora me exigía que suplicara por una cogida…“Tengo que mandarte al carajo otra vez o vas a cogerme como es debido?”Eduardo entonces sonrió y se impulsó hacia adelante, haciéndome empalar sobre su tiesa verga. La sorpresa ...
... me hizo jadear y mirar al techo; pero enseguida me recompuse y acepté su tremenda poronga dentro de mi concha.Comenzó a bombearme a buen ritmo, retirando su pija completamente y volviendo a meterla con más ganas, cada vez más adentro. El muy turro disfrutaba ver mi cara de placer; realmente me estaba matando con cada embestida que me daba, hundiéndose cada vez más y más adentro…Grité, aullé y me debatí como una serpiente debajo de su cuerpo, sintiendo que su verga endurecida me taladraba como nadie. Ni siquiera mi adorado Víctor y su enorme pija me hacían sentir todo eso…De repente sentí que mi cuerpo se aflojaba y entonces un intenso orgasmo me recorrió de pies a cabeza. Tomé a Eduardo por la nuca y acerqué su cabeza a mi oído, gritando y aullando a todo pulmón mientras acababa como una verdadera perra.Eso también fue demasiado para él, que apenas terminé yo de jadear, él se tensó y se vació dentro de mi dilatada y agradecida concha. Sentí su semen hirviente que invadía mis entrañas a borbotones…Eduardo se quedó sin aire y cayó rendido sobre mi pecho. Yo todavía podía sentir su verga pulsando dentro de mi vagina, expulsando las últimas gotas de leche. Finalmente abrí mis piernas que seguían entrelazadas en su cintura y lo empujé fuera de mi cuerpo.Me causó impresión que su pija estuviera todavía dura y erecta como al principio. El turro sonrió entre mis piernas, observando que yo no podía apartar mi asombrada mirada de su entrepierna. Se estiró y buscó su teléfono celular. ...