1. ¿Qué es ser un o una PGG?


    Fecha: 12/05/2025, Categorías: Confesiones Autor: El Manso Embravecido, Fuente: CuentoRelatos

    Son unas siglas que engloban a tres categorías. En muy raras ocasiones una misma persona engloba las tres al mismo tiempo. Es posible que alguien desarrolle una o dos de las cualidades, pero insisto, las tres al mismo tiempo en una sola persona no es tan corriente como se suele pensar.
    
    Pues empecemos entonces, sin más preámbulos.
    
    La P, como muchos habrán intuido significa Puto, Puta y define a la persona que recibe unos emolumentos por practicar sexo.
    
    La primera G, significa Golfo, Golfa y define a la persona que disfruta del sexo sin más.
    
    La segunda G, significa Guarro, Guarra y define a la persona a la que le gustan las cerdadas y cochinadas del tipo: beber saliva, semen, orina y lamer traseros.
    
    Son tres conceptos que se pueden combinar o desarrollar por separado, pero tampoco es obligatorio ni tan corriente tener la cualidad de obtener los tres.
    
    Prostitutas que no disfrutan del sexo y que no practican cochinadas son la mayoría. Lo hacen para conseguir dinero para sobrevivir y punto. Y golfas que no cobran ni practican guarradas, lo mismo. Las combinaciones son muchas.
    
    Antes de comenzar este relato quisiera aclarar que aunque lo escribo en primera persona porque me parece más adecuado, no es autobiográfico. Pero sí es la vivencia de un amigo que abriéndome su corazón y confiando en mi discreción, me la contó. Yo, pensando que sería un buena historia para compartirla con vosotros la transcribo aquí cambiando los nombres, por supuesto.
    
    Pues adelante ...
    ... con ella entonces.
    
    Por ejemplo, yo me considero GG, soy golfo y guarro. También consideraba a mi mujer en esta categoría. Pero resulta que hace unas semanas un compañero de trabajo me comentó que había visto salir de un piso de citas a mi mujer. O sea, que es una PGG.
    
    ¿Este compañero solo la vio salir o estuvo con ella?
    
    Por cierto, me llamo Anthony, que no me había presentado.
    
    Sara, mi mujer, no tenía necesidad económica para tener que prostituirse. Yo estaba convencido de que su depravación sexual se estaba intensificando, estaba sintiendo la necesidad de ir un paso más allá.
    
    Somos una pareja abierta pero no hay que ser un lince para darse cuenta de que por cada relación que el hombre pueda conseguir, su esposa le llevará una ventaja como mínimo de 25 o 30 conquistas.
    
    Somos un matrimonio de mediana edad, con más de veinte años de convivencia a las espaldas y si no fuera porque hace diez años decidimos abrir la pareja, esta se hubiera roto hace tiempo.
    
    Aunque algunas personas cercanas me comentan que la ruptura sería lo mejor, no saben lo que dicen.
    
    Mi mujer es un bellezón que no tiene nada que envidiarle a Claudia Schiffer.
    
    Le encanta vestir con trajes de chaqueta y pantalón o chaqueta y falda corta. Es muy elegante y tiene mucha clase. Su media melena negra, sus gafas de pasta y su rostro con un discreto maquillaje, le dan un toque muy intelectual.
    
    La expresión PGG se le ocurrió a ella cuando hace diez años me comentó que en la despedida de ...
«123»