Trío con mi esposo y el caleño - Relatos Eróticos

Trío con mi esposo y el caleño

... cualquier manera.

El caleño estaba confundido o asustado pues no entendía nada de lo que estaba pasando, seguramente esperaba el tal reclamo de mi esposo, en un momento el caleño dijo, me voy, ya es suficiente, creo que estoy estorbando y no quiero que me coja la noche tomado, me armé de valor, me bajé de las piernas de mi esposo y me dirigí al caleño, no sin antes coger con mi mano la quijada de mi esposo y mandarle un beso por el aire; sin pensarlo más me paré frente al caleño, le cogí su cara arropándola con mis dos manos, le di un beso rápido y cariñoso en los labios, no hubo respuesta de él, más bien quedó estupefacto, incrédulo, esperando un reclamo, pelea de mi esposo o una grosería por lo menos,

Para terminar el cuento decidí enfrentarlo de una vez, le dije: caleño, te gustaría acompañarnos en este momento para hacer un trío aquí y ahora, sin preguntas, sin respuestas, sin reclamos, sin oportunidad de repetirlo en el futuro, si quieres participar eres bienvenido y si te quieres marchar también tienes nuestra venia.

Me levanté la mini hasta la cintura, me bajé mis tangas debajo de mis nalgas, ofreciéndoselas a mi esposo, quien solo atinó a darme una palmada en una nalga y gritar, ¿ole qué te pasa, estás loca o qué?, ¿qué haces sin calzones ya?, mirando al caleño le dijo con firmeza; ¿entonces qué caleño, quieres o rechazas esta propuesta?

El caleño algo sorprendido dijo: está bien, no se puede decir que no ante esta inesperada y magnífica propuesta, con ...

... esta dama tan hermosa y elegante nadie se puede negar, además me estoy sintiendo como con unas ganas de sexo impresionantes, este whisky me subió la temperatura y estor empalado desde hace rato, mi esposo dijo yo estoy que me vengo también, tengo unas arrecheras impresionantes.

No estoy loca, le dije a mi esposo acomodando mi mini, quiero que esta sea mi noche, quiero que me complazcas tal como yo te di ese gusto, ¿quieres acompañarme o quieres que la paremos aquí? Respetaré tu decisión.

¿Por qué no me habías advertido antes? Preguntó mi esposo, le dije son mis condiciones, respeta mi decisión o abortemos ya este asunto, tú vas ganando pues ya fue tu noche con Sara.

Él no se esperaba nada, el caleño también estaba callado, confundido, no sabía cómo reaccionar, mi esposo solo atinó a decir, pues ni modo, acepto tu decisión, jamás me lo esperaba ni tampoco lo vi venir.

Me senté en las piernas de mi esposo montada de frente a él, le di un beso profundo en la boca, le pregunté directamente, ¿lo hacemos o no?, me volvió a preguntar: ‘él sabe?, “NO, no sabe nada” fue mi respuesta contundente, está bien, si tú quieres, será tu noche, fue la respuesta de mi esposo, yo insistía en que dijera que no, tampoco quería quedar en evidencia que el caleño me hacía mojar con un simple saludo, además ellos estaban arrechos por el viagra, una tiene que ser inteligente.

Con esa venia de mi esposo me senté en las piernas del caleño, el caleño trataba de alejarse y apartarme de su lado, ...