VMi Tercer encuentro con Maru (El Trío Amoroso) - Relatos Eróticos

VMi Tercer encuentro con Maru (El Trío Amoroso)

... pelvis hacia delante, para que tuviera un mejor y fácil acceso a esa rica rajita, ella seguía soltando alaridos de satisfacción, de gusto y aceptación…

M: ¡UUUFFFF..! ¡Shiiii.. Bebé así cómetela..! Diosss que ricooo… Que divino es verte comerla..! ¡Anda sécala Bebé, come toda esa babita que tanto te gusta..!

J: ¡Definitivamente sí..! ¡Está riquísima esta cuquita..! Jamás me había comido una como tal, tan jugosa babeante, con un aroma tan embriagador y enviciante… ¡Diosxxx..! (Pude expresar balbuceando con la boca llena y ocupada, tratando de no desperdiciar cada gota colgante que brotaba de ella)

Les confieso que ver esta mujer lubricar y más aún, disfrutar de su orgasmo, es algo increíble, que contarlo, deja la duda a cualquier incrédulo, pero, ¡Les juro es totalmente cierto..! Jamás en mi vida he conocido una mujer que lubrique como ella lo hace… Comerse sus fluidos antes y después de sus orgasmos, es la gloria, su sabor, su viscosidad y su aroma… ¡Ufffff..!

¡Hasta ese momento, se nos olvidó por completo, que Raúl existía! Que está aquí detrás de la pared contigua al baño, pero no quería estropear el momento, quería disfrutar del rico culito de Maru, así como lo disfruto su marido…

La hice girar de frente a la pared, arquee su cuerpo hacia mí, dejando su hermoso culo en popa, levantado y pidiéndome ser penetrado, el agua corría por mi espalda, acerqué mi pene erecto hasta su cuquita para humedecerlo; me agaché nuevamente para lamer su culito negrito y ...

... humectarlo con mi saliva, así como también, dejé caer saliva en mi pene… Ella tenía sus manos apoyadas en la pared, sus tetas colgando, sin desafiar la gravedad, con sus pies abiertos y de puntillas, para alcanzar mi altura, estar a nivel correcto, para permitir un fácil acceso a su ano, ella sabía lo que venía y deseaba sentir mi guevo dentro de su culito, cuándo acerqué la punta de mi falo, a su rico agujerito negrito, volví a dejar caer saliva entre la punta de mi glande y su aro negrito, para lubricarlo más… Ella al sentirlo, que tocó su puerta, simplemente empujó y empino su cuerpo hacia atrás, con todas las ganas del mundo, de sentirse perforada de una vez, por mi grueso pene, que estaba como una piedra de duro…

Su alarido no se hizo esperar, no se pudo contener, estremeciendo las paredes de cristal del baño, tanto así, que Raúl ya sabría, que me estaba cogiendo nuevamente a su mujer… Esa fue la señal, para que él se acercara a espiarnos, ella empezó su movimiento de adelante hacia atrás, de puntillas, dejando que mi guevo la perforara, la penetrara completa, adaptándo su agujerito negro, rápidamente a la circunferencia de mi pene, con sus manos apoyadas en la pared, sus ricas tetas colgando, bailando de adelante hacia atrás, con el movimiento de su cuerpo, que impulsaba hacia mi, cada vez más fuerte… Mis manos, trataban de controlar esas rebeldes y hermosas tetas, que iban y venían, pero, escapaban de mí control, por las embestidas que nos estábamos dando ambos… Ella ...