Saliendo del Cascarón - Relatos Eróticos

Saliendo del Cascarón

... dos limones de tamaño mediano, unas piernas firmes donde el hueso no se veía, y su rostro era lo que terminaba este poema que tengo como hermana, nariz delgada y respingada, labios carnosos, unos ojos verdes que brillan como esmeraldas y una melena que a penas y pasaba sus hombros, risada de color castaño claro casi rubio que siempre está acompañado por una piel mate impecable, que dependiendo de la temporada variaba de un tono rosado pálido, a un tono tostado suave.

ella siempre estuvo ligada al deporte, y varias veces ostentó distintas coronas como reina de belleza en festivales escolares y de la primavera, así que algo era claro, con esto que les acabo de contar ya han de saber que pretendientes siempre tenía, y admiradores que le dedicaban sus más inspiradas pajas, pues aun mas, dentro de estos últimos pues yo mismo he estado. En cuanto a relaciones o noviazgos, pues siempre repetía un patrón, mayores que ella, altos y fornidos, aunque de ellos solo dos son los que destacan Ignacio, un hijito de papi que era más boca que otra cosa en muchos aspectos, y Sebastian, a cada uno se los describire en las aventuras que les narrare, comenzaremos por el pelmazo de Ignacio, este realmente era insufrible, no solo por lo estupido y desagradable, si no también por lo cobarde que podía llegar a ser, claramente era mi hermana quien mandaba en la relación, ahora les contare como iba todo eso.

esto ocurrió a principio de los noventas, cuando mi hermana tenia 18 años recién ...

... cumplidos y yo tenía 14, he de mencionar que nuestra casa tenía un gran jardín, y de patio ni hablar, para el verano siempre íbamos a un riachuelo cercano que atravesaba el campo para refrescarnos, su agua era un deleite para aplacar las altas temperaturas, de todas formas la casa estaba rodeada por árboles y era bastante fresca, hasta el dia de hoy vivo en ella, tiene 5 habitaciones, una oficina donde mi madre realizaba el trabajo administrativo que se traía a la casa, y donde estaban todos los documentos que involucran al campo, y que mi madre llevaba como reloj suizo. fue durante un fin de semana cuando mi madre no estaba en casa y yo andaba recorriendo el campo, caminando y buscando en qué matar el tiempo cuando a lo lejos vi que llegaba el auto de ignacio a la casa, como me caía como patada en las bolas, decidí seguir con mi caminata y fui a ver a los perros a su canil, pero en medio de este camino mi estómago me traicionó y la naturaleza me indico que debía volver a mi casa para ocupar de manera urgente e baño, y así lo hice, pese a mi tamaño siempre he sido silencioso al moverme, pues mi madre odiaba a las personas que zapateaba “uno marca su presencia con sus palabras, no con bochinche” dice siempre, y si a eso le agregamos que el piso de la casa era casi que sagrado, antes de entrar era un reflejo condicionado en la familia el sacarnos los zapatos y dejarlos junto a la puerta, o llevarlos en las manos hasta nuestras piezas.

entre por atrás, por la puerta de nuestra amplia ...