La Villa 2 - Relatos Eróticos

La Villa 2

... dejándolas impolutas “ bueno

lleva a la negra arriba que comience a hacer nuestras maletas y a trasladar todo

a nuestra nueva casa” a continuación recibí dos nuevos talonazos que me hicieron avanzar

hacia las habitaciones guiada por Mónica, quien al llegar a su habitación se

levantó y se puso delante de mi “ahora negra descálzame y besa los pies de tu nueva Ama y

agradéceme que convenciera a mamá de tomarte” sin más procedí a quitarle

sus botas y comencé a besas sus lindos pies que tenían cierto olor mezclado del cuero de sus

botas aunque para mi sorpresa y alivio no era muy fuerte “gracias Señorita” le

dije mientras seguía besando sus pies para después que me mostró las suelas empezar a

lamerlas al tiempo que seguía agradeciéndole verbalmente, procediendo a lamer sus

talones, dedos y sus dos pies por completo. Tenía claro que tenía que humillarme ante ambas

como esperaban que lo hiciera. Acto seguido comencé con la labor de hacer las maletas de

ambas y a trasladar sus cosas a mi casa, las de la Señora a la habitación principal y

las de la Señorita a la segunda mejor habitación de la casa, mientras que trasladé mis cosas a

otra habitación cercana a la de ambas por si me necesitaban. Una vez

terminado todo el traslado fui requerida por la Señora aun en su propia casa ante la que me

arrodillé y miré a sus pies “ muy bien negra, entre las normas que tendrás que aprender las

que ahora te diré son de efecto inmediato. Ante ...

... nuestra presencia siempre estarás o en

cuatro patas o arrodillada, te dedicarás a la limpieza de nuestra nueva residencia y dado que

aun no tienes traje de sirvienta lo harás desnuda, también cocinarás y lavaras además de

ocuparte de cualquier cosa que te ordenemos, tales como calzarnos, vestirnos,

peinarnos o lo que te ordenemos” “cuando alguna visita blanca llegue a nuestra residencia, te

dirigirás como Señorita o Señorito y a mi hija te dirigirás como Ama

mientras que a mi me dirás Señora. Ante cualquier visita blanca te mostrarás sumisa y

siempre mirando al piso” “Mañana nos mudaremos a nuestra nueva residencia y

cuando nos recibas igual que debes hacer siempre que lleguemos a la residencia nos besarás

los pies al igual que cuando nos marchemos de la residencia, esto debes hacerlo siempre y

cualquier olvido será castigado, ¿te queda claro negra?” “si Ama” “muy bien pues ahora ve a

nuestra nueva residencia y vete preparando todo para nuestra llegada”.

Tras volver a mi casa fui siendo consciente del gran cambio que se había producido en mi

vida, si bien no había perdido mi casa a efectos legislativos, a efectos prácticos

pasaba a ser la casa de mis anteriores vecinas y ahora dueñas y todo lo que era comodidad y

confort se había traducido en una nueva vida al servicio de dos mujeres a las que detestaba y

de las que ya era oficialmente su propiedad, su esclava, lo que aún no sabía era las penurias

que pasaría en mi nueva vida.