JUANCITO, MI NIETO – CAPÍTULO 1.
Fecha: 01/12/2024,
Categorías:
Gays
Hetero
Incesto
Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30
... kilos se le habían amurado, pero hacía volver algunas cabezas al caminar y, sabía desde siempre que a mí me podía“embocar” cuando quisiera. Claro que para eso utilizaba sus“armas” y sutilezas, sabía que imponerme algo era imposible, pero entendió siempre como arrancarme el“si querida”.
Al otro día, cerca del mediodía estábamos llegando a la Estancia o Hacienda como le dicen en otros lados dónde vivía mi hija. Nada que ver con que se podía estar mal viviendo en el campo, la casa era enorme, habitaciones con baños privados, gimnasio, pileta climatizada y al aire libre, lugares delimitados o corrales con empalizadas de madera o alambres lisos, camionetas 4×4 para cada uno, Internet, señal de cable y toda la comodidad que el dinero podía otorgar. 500 hectáreas para el ganado y la siembra y sólo dos para la casa y el parque que la rodeaba. Mi yerno no estaba, nos recibieron mi hija que tenía un físico muy parecido al de la madre y su hijoJuancito.
Mi nieto era bastante alto para los ocho casi nueve años que tenía, el cabello era de color castaño claro que al sol parecía rubio y había sacado lo mejor de la madre y el padre que era un gringo grandote. No sé por qué, quizás porque mi esposa había venido jugando con mi verga en el viaje, algo que le gustaba, pero que también hacía para congraciarse porque todos esos mimos tenían que ver con que no me daría mucha bola en el resto del tiempo, le encantaba chismear y salir a pasear con su hija y que yo me arreglara solo. Como ...
... sea, estaba caliente y me fijé bien en mi hija y también en mi nieto.
Tenía la altura de la madre, el cabello claro suelto, calzaba zapatillas de marca, una remera blanca que marcaba bien sus tetas y un shorcito de jeans que dejaba ver parte de sus nalgas asomando por debajo, sus espectaculares nalgas, casi un calco de las de mi esposa siempre me habían impactado, no al punto de masturbarme con ellas, pero si para, alguna vez, entrechocar las neuronas incestuosas imaginando alguna“batallita” de cama metiendo mi verga entre esos dos montes. El nene vestía igual y no tuve tiempo de mirarlo mucho porque se trepó a mí y me abrazó obligándome a tomar sus nalgas con mis manos. La familia de mi yerno y la mía no eran muy demostrativas conJuancito y cada vez que me veía a mí, se desquitaba, me llenaba de besos y hacía que me demostrara más cariñoso que de costumbre,“el abuelo chocho” decía mi mujer y era verdad, hasta yo me desconocía, pero el nene tenía una especie de dualidad, si le hubieras puesto una peluca de pelo largo no diferenciarías su sexo, aunque no era afeminado.
En ese momento pensé que, tampoco su culito era normal porque lo movía en mis manos y entrecerraba sus ojos, algo que para el de afuera parecía como normal, pero yo lo sentía como que gozaba con la situación al sentirse acariciado en su colita. Esa mezcla rara de inocencia y de ganas de ser tocado y/o de conocer verga de adulto, según imaginaba mi mente que se abría a lo jamás pensado, me sacaba de quicio. ...