El Príncipe y la Periodista 15 - Las Tribus 1 - Relatos Eróticos

El Príncipe y la Periodista 15 - Las Tribus 1

... Emirato.

Entre esas dos tiendas hay otras dos algo más pequeñas, una de ellas decorada en vivos colores y la otra totalmente negra, con tan solo unos símbolos grabados en el frontal, los mismos símbolos que lleva Lady Nabila grabados en su túnica.

Los jeeps se detienen a unos cien metros del oasis y en cuanto nos bajamos de ellos varias decenas de personas comienzan a acercarse a nosotros. Las mujeres mantienen la mirada baja, y los hombres hacen una ligera reverencia a nuestro paso sin soltar en ningún momento las empuñadoras de sus espadas, centrando su mirada sobre todo en Caleb, aunque no puedo evitar ver como muchos de ellos nos miran a Nahid y a mí, con sus ojos llenos de lujuria y deseo.

Los niños, mucho más inocentes y despreocupados se acercan sonriendo a Lady Nabila, que no duda en devolverles el saludo e incluso coger en brazos a una niña de unos tres años que se ha acercado hasta ella.

Los adolescentes ignoran a Lady Nabila y a Caleb y centran sus miradas en Nahid y en mí, atreviéndose los más osados a acercarse a nosotras e intentar tocarnos el culo o las tetas. Yo me siento incómoda, pero Nahid ha comenzado a sollozar, seguramente al haber reconocido entre esos adolescentes a alguno perteneciente a su propia tribu.

“Estaos quietos;” les grita una voz, provocando que se detengan de inmediato y se alejen de nosotras.

Miro hacia el origen de la voz, y me sorprendo al descubrir que quien ha dado esa orden es un anciano que parece tener ...

... dificultades para mantenerse en pie. A su lado otro anciano nos mira sin decir una palabra.

“Bienvenidos Príncipe Caleb, Lady Nabila;” saluda el anciano sin ningún gesto de respeto hacia Caleb, centrando su mirada más de lo debido en mí. “El Consejo se reunirá dentro de cuatro horas, podéis descansar en vuestras tiendas hasta ese momento, estoy seguro de que lo necesitareis después de una noche de viaje.”

De la misma forma en que ha aparecido, el anciano se retira al interior de la tienda, sin dar tiempo ni a Caleb ni a Lady Nabila a decir nada.

“Odio a tu abuelo;” le oigo decir a Caleb moviendo la cabeza enfadado.

“Creo que él también te odia:” le responde Lady Nabila. “Y no olvides que también es tu abuelo.”

Miro a los dos hermanos, por primera vez veo a Caleb inquieto y fuera de lugar, y su hermana está haciendo lo posible para aumentar esas sensaciones.

“Esa es la tienda de las esclavas;” me dice Caleb señalando la colorida tienda. “Permanecerás en ella hasta que tus servicios sean necesarios;” añade.

Sé a que servicios se refiere Caleb, y estoy a punto de contestarle, pero me callo al ver como varias personas no dejan de mirarnos, simplemente bajo la mirada y me dirijo hacia la entrada de la tienda, aunque me detengo al ver como Caleb agarra la correa de Nahid y se la lleva hacia su tienda.

“No te preocupes Rose, mandaré a buscarte en un rato;· me dice Lady Nabila. “Tenemos muchas cosas que hablar sobre está visita;” añade dejándome inquieta.

Cuando entro ...