Paseo en camioneta
Fecha: 16/11/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: reybourbon, Fuente: CuentoRelatos
Sofia es una vieja amiga a la cual conozco desde muy chicos, durante dos o 3 años estuve enamorado de ella. Los primeros amores nunca se olvidan. Pero la vida te aleja o acerca a las personas. En este caso nos alejó y tal vez tardamos unos 10 años en reencontrarnos y ponernos al día.
Ella ahora es una mujer con dos hijas y un esposo que la ama. Ella sigue siendo la misma de siempre, es el centro de atención a donde vaya. Es muy delgada pero con una cintura curveada, en proporción a su 1.63 de altura, pechos pequeños, piernas delgadas y torneadas por el ejercicio. Una mención especial para su trasero, pese a ser pequeño es jodidamente redondo y firme. Todo eso lo sabe lucir usando jeans justos o faldas de licra entallados. Tiene los mismos ojos alegres de siempre, tal vez lo único que cambió es que el castaño de su cabello fue remplazando por un rubio oscuro. Si bien todo esto es suficiente para que levante miradas, cuenta con el extra de que tiene una forma sensual de ser y cada movimiento que realiza parece ser perfectamente planeado para ser parte de un hechizo cuya única finalidad es que nadie pueda quitarle un ojo de encima.
Por supuesto la cúspide de toda su hechicería es tener el placer de verla bailar. Tiene una licuadora en las caderas, no importa si es una quebradita, salsa, cumbia, bachata o reggaetón; tu mirada siempre ira a al movimiento de sus caderas.
Una vez dicho esto al reencontrarme con ella y retomar el contacto, las salidas y las pláticas ...
... eternas, después de un buen tiempo pude llevar a un plano más íntimo las charlas y en breve llegaron las fotos sexys y los mensajes sucios. Hasta que por fin se pactó una salida para ir a un hotel. Bien dicen que nunca te des a tu crush. Para nada fue lo que esperaba. Tiene una muy rara forma de gemir y gritar que le quita toda la diversión al momento. Basta una caricia en los hombros para que se derrita en gritos y gemidos más fingidos que llenan el cuarto y sinceramente pensé dejarlo hasta ahí. Pero mamá no hizo cobardes y he tratado de lidiar con eso durante algunos meses. Pero la penúltima vez fue un fastidio, así que decidí vengarme de alguna forma y ponerle fin.
Una muy larga introducción, pero aquí está el relato de la última vez que salimos.
Acordamos vernos para un rapidin éste sábado. Ya que iría a una fiesta de amigos de su marido y tenía un par de horas antes de ir al lugar dónde la esperaría su marido. Llego en su camioneta, traía una falda café claro, botas largas negras, blusa negra de manga corta y una chamarra del mismo tono que la falda. Nos saludamos efusivamente y antes de que arrancará le dije que se quitara la falda. Me dijo que estaba loco. Le indique en que calle se diera la vuelta y que ahí se la quitara en lo que esperábamos que el tráfico nos dejara avanzar. Hizo lo que le dije. Se medio levanto en el asiento del conductor, hizo girar la falda, la desabrocho y la deslizó. Llevaba un hilo dental negro transparente. Sus piernas se veían deliciosas. Le ...