Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... un bufido y tomó la mano del gordo, quien se arrimó a ella. No habían podido avanzar demasiado. Se habían quedado haciendo como que bebían champagne cerca de la entrada principal, improvisando una conversación trivial e intentando observar lo que acontecía... pero en los pasillos no se veía demasiado. Todo sucedía en el interior de los salones. Pero en los últimos minutos intentaron llegar al salón principal, pero el enorme grupo de gente los desmotivó y decidieron volver hacia donde estaban, cuando el gordo muchacho lamentablemente la pasó a pisar.

Karla: Tenemos que ir al sótano.

Facundo: Da un poco de miedo, está oscuro.

A medio camino en ese pasillo se quedaron y se miraron desafiantes al no poder ponerse de acuerdo, cuando desde uno de los salones salió un hombre grandote, cercano al 1,90, con una melena parecida a la de un león, con una cuidada y frondosa barba, y unos ojos grandes de color pardo. Sus manos eran peludas y al tener el primer botón de la camisa abierta se veía un pecho con una contundente mata de pelo negro. El hombre grande se detuvo al ver a Karla y esbozo una sonrisa al ver esas enormes tetas, poco le importó que ese gordo que la acompañaba tuviese una pulsera dorada, como la de él, porque estaba decidido a obtener la compañía de esa muchacha.

Hombre:Ven conmigo, te voy a sacar litros de leche de esas enormes ubres que tienes-Soltó una risotada.

Facundo:E-Está conmigo... yo la vi p-primero-Resultaba un tanto patético ver al gordo ...

... muchacho confrontar a ese enorme hombre.

Hombre: ¿En serio? Ahora estará conmigo, anda, consíguete otra-Agitó su mano frente a sus ojos, como espantándolo.

Mujer: ¡Senador Matte!-Por el pasillo avanzaba una mujer correctamente vestida con una falda de tubo larga de color gris, con una chaqueta del mismo color cerrada, camisa blanca y su cabellera rubia sujeta con un moño. Era una mujer alta y algo gruesa, que avanzaba con una sonrisa de satisfacción hacia el senador-Esperaba encontrármelo por aquí.

Senador Matte: María-Sonrió, algo incomodo, mirando de reojo las enormes tetas de la muchacha.

María: Rommel quiere verte.

Senador Matte: ¿A mí?

María: Claro, sabes que el aprecio que te tiene-La grande mujer con un evidente acento alemán posó su mano en el hombro del Senador- Vamos, te está esperando.

Senador Matte: ¿Ahora?

María: Claro, mejor no hacerlo esperar.

Karla y Facundo se sorprendieron al ver la facilidad con que esa mujer era capaz de dar vuelta a un hombre de 1,90, quienes ahora se dirigían por el pasillo hacia el gran salón. Facundo suspiró, agradecido de la vida de no haberle fallado a su amigo Mateo y Karla volvió a sujetar firme la mano del gordo para arrastrarlo hacia la escalera que conducía al sótano.

Facundo: ¿Ves? Es oscuro.

Karla: Pero es el único lugar que nos falta... vamos.

A diferencia de la escalera que conducía al segundo piso que era de fina madera, la escalera que conducía al sótano era de piedra que resonaba con cada paso ...