Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... experiencia mejor de lo que pronosticaba y es que ella tampoco era de piedra, por lo que comenzó a flexionar sus rodillas una y otra vez con tal de que su enorme culo se fuera contra la pelvis de ese cura. El hombre esbozó una sonrisa algo libidinosa que luego tendría que agregar a su confesión nocturna ante su señor padre.

Hombre: ¡Aahh! No solo eres linda, también eras de las buenas... hacía tiempo que no mandaban a una realmente buena ¡Aaahhh!

Daniela:¡Mmm! ¡Mmm! ¡Mmm!-Luego de esas palabras el hombre comenzó a aumentar la intensidad de la follada.

Hombre: ¡AAHH!

¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! La rubia profesora debió poner sus manos bien firme en los escalones ante la ferocidad con que ese desconocido ahora la estaba penetrando. La baba encontraba el espacio para poder escapar de su boca y estaba comenzaba a caer con sendos hilillos sobre el cuidado piso. Quería ponerse a gritar y gemir con la tranquilidad que lo hacía en la casa de putas, pero su cuerpo ahora volvía a estremecerse al escuchar muchas voces en los exteriores de esa parroquia. Debía terminar luego ese trámite, por lo que golpeó con mayor fuerza su enorme culo contra la pelvis del cura.

Daniela: ¡MMMM!

Hombre: ¡AAAHHH!

¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! Comenzaba a tener un miedo genuino al escuchar los exteriores de esa iglesia y el murmullo de varios personas que ingresaban a los terrenos de ese lugar sagrado; con horror la rubia se convencía de que al hombre poco y ...

... nada le importaba porque la ferocidad de la follada no disminuía y se preparaba para caer, porque su cuerpo estaba a solo segundos de desvanecerse a los pies de ese majestuoso altar. Todas esas preocupaciones, ser pillada por esas voces, su cuerpo que podía sucumbir en cualquier momento, una penetración que no cesaba de parte de un desconocido de pronto desaparecieron... estaba gozando tanto que sintió que todo se volvía en cámara lenta, sus ojos se tornaban bizcos y blancos del placer bajo ese antifaz que no la dejaba ver, para luego sentir una corrida caliente en su interior.

Daniela:¡Mmmmmm!-La rubia platinada con mechas rosadas escuchó que un par de pasos se alejaban de ella, imaginó que se sacaba el condón y rápidamente se dio la razón al sentir como le disparaban el semen que ahora caía en su majestuoso culo.

Sus piernas temblaban, su respiración era imposible de controlar y sus tetas operadas subían y bajaban sin parar. De pronto sintió esas suaves manos, nuevamente, que esta a vez la ayudaban a levantarse. Su cuerpo se giró y, con agradecida delicadeza, su antifaz fue removido provocando que sus ojos se entrecerraran cuando el sol de la mañana golpeó su rostro. Pestañeó varias veces y solo pudo dilucidar como una mano iba hasta uno de los tirantes de su vestido y lo devolvía a su posición, cubriendo su teta izquierda que estaba salida. Soltó un quejido que se transformó en gemido y un alivio tremendo sintió al escuchar el “clic” de la correa en su nuca que ahora ...