Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... ser bastante los días que llevaba acumulado el Diputado, lo que le hizo pensar a la puta que se estaba guardando para la noche de bodas... o quizás para la despedida de solteros.

Daniela se enderezó con su rostro muy colorado por la excitación y su cuerpo entero se sentía húmedo por lo sudada que estaba de pies a cabeza. El sudor comenzaba a hacerse incomodo en los talones donde esas medias blancas cubrían. Se arregló el atuendo y se percató de que una teta, la derecha, se le había escapado del elegante sujetador y también de la camisa ante los violentos movimientos; ya estaba creyendo que sería raro que no se le escaparan ninguna de las dos mientras golpeaba con su enorme culo el pene del Senador.

Al concentrarse, Daniela notó como el Diputado se esforzaba por respirar, mientras que el Senador estaba sentado a la orilla de la plataforma intentando limpiarse el sudor de la frente. El peludo parecía todo mojado. Mientras se acomodaba su peluca azul eléctrico la mujer se dirigió al pasillo y tomó una nueva copa de champagne que se tragó de un solo golpe y le guiñó un ojo al Diputado que, mientras seguía esforzándose por respirar, no dejaba de admirarla. La profesora tomó una de las cortinas semitransparentes que separaba las áreas y se lo pasó por la cara para sacarse el semen mientras volvía a pensar en ese Diputado que tenía su edad.

“Espero no haber arruinado una boda” se dijo Daniela, que ahora se dirigía a la escalera caracol para su salida del ...

... VIP.

***

Ramón: ¿Cómo te fue?

El hombre estaba sentado frente a su escritorio mordiéndose las uñas cuando el ingreso de Daniela a su oficina hizo que su rostro se iluminara. Tragó saliva al observar que el atuendo de la mujer estaba algo desordenado y estaba muy sudada, lo que le daba un aura erótico casi irresistible y una piel brillosa que quizás muy pocas mujeres eran capaces de enseñar luego de tanto sudor. Daniela no contestó, simplemente se dejó caer sobre el cómodo sillón cercano a la puerta.

Daniela: ¿Cómo que cómo me fue?-Tenía sueño, pero debía resistir. Todavía debía llegar a su casa.

Ramón:¿Ah?-El alma se le había caído al piso- Tenías que escuchar... ¿escuchaste algo?

Daniela:¡Oh!-Quiso soltar una risita, pero ver a ese hombre con un rostro que parecía cargar miles de problemas la hizo contenerse- Escuché todo.

Rápidamente Ramón tomó su iPhone bañado en oro de dudoso gusto y marcó el número de un contacto. Mientras esperaba, el teléfono sonada.

Mujer:Dime-La mujer hablaba con un marcado acento que parecía alemán.

Ramón:Señora Maria-Carraspeó, muy nervioso- Creo que tengo algo que pueda servirle.

Maria: Después de pedirnos una puta, lo mínimo que tengas es algo que pueda servirme-Ramón vuelve a carraspear, sudoroso y muy nervioso mientras le hace un gesto a Daniela para que se acerque.

La hermosa prostituta de cabello azul eléctrico se ha puesto de pie de ese cómodo sillón y cansada se acerca al escritorio no pudiendo sacar la vista de ese hombre ...