Jamal de carne y hueso. Amaya
Fecha: 14/07/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Eric Salazar, Fuente: TodoRelatos
Amaya
Salimos de la plaza Mayor y nos dirigimos al mercado de San Miguel, donde seguiríamos el vermut solos.
Al ver el mercado me quedé impresionado, era como una urna gigante. Un pabellón con la pared de cristal, al entrar, los puestos de comida eran como bares en los que podías pedir de todo tipo de manjares, empezamos por unas vieiras en un puesto de marisco. Ana se pidió un Albariño y yo un botellín de agua. Seguimos con unos pinchos de solomillo con foie que estaban buenísimos, en ese mismo puesto había de un montón de tipos de vermut, por ser tradición en Madrid lo del vermut, en este sitio sí que pedí uno, el nombre era curioso. Turmeón, que en realidad era una adaptación de turn me on, en inglés, enciéndeme. Un juego de palabras gracioso y ocurrente para un vermut potente, delicioso y afrodisíaco, según ponía en su etiqueta.
—Hasta bebiendo alcohol… Vaya, vaya.— Me dijo Ana, que estaba extrañada y divertida a partes iguales.
—Me estás pervirtiendo mucho, tú a mí.— Le respondí—. Vamos a sentarnos.
Alrededor de todo el mercado hay banquetas y un mostrador para poder apoyarte a comer lo que pides en los puestos. Una vez sentados, metí mi mano en el bolsillo y Ana dio un respingo cuando el huevo vibrador cobró vida dentro de su húmedo coño. Esta vez, sí que quería que se corriera y fui aumentando la vibración hasta que vi brillar sus ojos de una manera especial. Se agarró fuertemente a mi brazo mientras me mordía el cuello y se tensaba como la cuerda de una ...
... guitarra. Yo la abracé y puse una mano en su culo para notar los espasmos de su cuerpo mientras se corría. Fue un orgasmo controlado pero intenso. Apagué el vibrador cuando noté sus contracciones. Quería que disfrutara del momento abrazada a mí.
—Tengo que ir al baño.— Me dijo cuando se hubo recompuesto.
—Aquí estaré.— Le dije mientras le daba un beso en los labios.
Tardó cinco minutos en regresar.
—Toma, un regalito.— Dijo extendiendo ante mí una mano con el puño cerrado.— Esto es por tu culpa.
Puse mi mano para recoger lo que su puño ocultaba, dejó entonces caer sobre mi mano un trozo de tela, que no era más que su tanga de encaje negro empapado por sus jugos. Cerré la mano y lo llevé hasta mi nariz para oler su esencia, Ana en estado puro. Ese gesto despertó en mí la fiera que llevo dentro.
—Vamos a tomarnos la última, que tengo ganas de follarte hasta que te desmayes.— Le dije con mi mejor cara de fucker.
—Pues te vas a tener que esforzar, porque hoy estoy tan cachonda que creo que no tengo límite.
Nos tomamos la última tapa, que era una mini hamburguesa con huevo de codorniz y mermelada de frambuesa, estaba rico, también nos tomamos otros dos Turmeón. Yo que no estoy acostumbrado alcohol, estaba eufórico, y más pensando en lo que me esperaba después.
Salimos del mercado de San Miguel cogidos de la mano, parecíamos novios, y realmente, éramos novios a todos los efectos. Pero con la libertad de estar solteros, no está mal eso del poliamor. Yo no ...