En el bosque
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Volvieron a hablar entre ellos y me soltaron que sólo ponían una condición. Que no les follara porque les daba miedo. No era aquel el programa que yo hubiera propuesto, pero acepté sin dudar. Nos desnudamos todos. Yo me quedé pasmado mirándolos, y ellos no paraban de mirar mi polla totalmente empalmada. No es que sea la gran cosa, pero comparada con las suyas, era para comparar y mirar. - Bueno, ya nos hemos mirado bastante. Es hora de hacer algo, propuse. ¿Os la han mamado alguna vez? - No, nunca. - Follar, me imagino que tampoco, por lo que habéis dicho antes, ¿no? - No, tampoco. - Pues tumbaos en el suelo. Lo hicieron sin decir nada y empecé a tocar aquellas pollas flácidas y chuparles los pezones. Con un par de veces se pusieron tiesas. Estaban encantados. - Sigue, sigue, me pedían. Los dos que la tenían más pequeña les dije que se levantaran, que me iban a follar. Me puse de rodillas con el culo levantado y mandé a uno de ellos que me penetrara. Empezó muy lentamente, con miedo. - No te cortes, empuja y fóllame sin miedo. Seguro que sí lo habrás visto en algún video! Qué gusto daba. Era estupendo sentir aquel falo en mi interior. Por su ...
... tamaño no era nada doloroso, entraba y salía cómodamente y dándome un placer enorme. Ya visto que eso iba, empecé a chupar la polla de una de los que estaban tumbados. Poco tiempo tardó en correrse en mi boca y poco duró el que me follaba. - Rápido, el otro, que me folle! -Me supo a poco y quería más. También empecé a mamársela al que quedaba, y como antes poco duraron. Me tumbé en el suelo y empecé a masturbarme mientras miraba aquellos cuerpos juveniles que tanto me habían excitado, pero uno de ellos apartó mi mano y siguió él con muchas ganas mientras otros dos empezaron a chuparme y mordisquearme los pezones. Era estupendo. Y después de un buen rato, me corrí como nunca. -Qué, ¿os ha gustado la primera vez? No dudaron ni un momento en decirme que sí. Estaban que no podían. -Mirad, muy a menudo vengo por aquí a hacer deporte. Si otro día quereis alguna otra cosa, no dudeis en pedírmelo! Durante la semana no pensé en otra cosa. Fue rápido, aguantaron poco, pero de pensar que fui el primero en probar aquellos cuerpos... me excitaba. Han pasado varias semanas y no he visto las motos por allí. Si aparecen y pasa alguna cosa, no dudeis que os lo contaré.