Niki, la chica de la lencería
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Grandes Relatos,
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... insultarlo e incomodarlo, pero me parece mucho dinero para tirar a la basura. ¡Puede devolver la mercancía y recuperar su dinero! - Niki, no te preocupes, no me incomodas. Haz lo que tú necesites hacer, total… no necesito enterarme que haces con las cosas que te regalé. - ¡Disculpe Sr. Zena! Nos despedimos no sin antes desearnos una feliz navidad y un año próspero y no escuché de ella por lo menos por tres meses. Cuando lo hizo fue de la misma manera, desde un teléfono privado y después de una amigable plática me agradeció de nuevo el regalo, pues ese día me confirmaba que se había quedado con las cosas y que sintió la necesidad de agradecérmelo. A la misma vez, me pedía mi domicilio, pues mencionó que ella también me quería hacer un regalo, a lo cual me negué, pues imaginé que deseaba en realidad regresarme toda esa lencería. - ¿Es casado verdad y no quiere recibir correo por miedo a que lo descubra su mujer? - Nada de eso Niki. Intuyo que deseas enviarme toda esa lencería por correo. - Nada de eso Sr. Zena. Ya le agradecí por el regalo y no es mi intención engañarlo de esta manera. La verdad quería corresponderle con algo que espero le guste… ¿Qué le parece si nos tomamos una copa en el bar del centro comercial? Obviamente acepté aquella propuesta y nos encontramos en el lugar especificado. En esta ocasión vestía un ajustado pantalón vaquero, con una corta camiseta naranja y que me dejaba ver el agujero de su sensual ombligo adornado de piedras brillantes. El encuentro fue ...
... trivial y donde me contó que tenía novio y quien estaba desplegado con las fuerzas armadas en la zona del Pacifico. Me dio una caja de regalo y me pidió que lo abriese después de nuestro encuentro. Nunca me dio su número de teléfono ni contacto alguno, lo que me hizo pensar que deseaba que yo no supiera mucho más de ella. Con curiosidad al llegar a mi coche abrí el regalo y para mi sorpresa veo tres piezas de bikinis para hombre de tres diferentes colores de mi talla 34 y, entre los bikinis también venían un bikini de mujer, con un panti hipster de los que creó un día le obsequié. Los olí y descubrí ese olor femenino e inclusive tenían ese color blancuzco en el área donde esa prenda debe acariciar ese precioso orificio: la tela se sentía aun húmeda en uno y, en el otro, la textura era más sólida, como cuando los jugos vaginales se secan. No paré de verlos y llevármelos a mi nariz para sentir ese olor. Pero Niki me dejó soñando y fantaseando por unos meses, que incluso llegué a olvidar que existía. Pasaba cuando podía por el centro comercial, aunque ella ya me había hecho saber que ya no trabajaba ahí en aquella tienda. Realmente solo me recordaba de ella cuando de vez en cuando exploraba mi colección de pantis y los volvía a oler. Casi seis meses después vuelvo a recibir una llamada de un número privado. - ¿Se recuerda de mi Sr. Zena? - ¿Cómo no podría acordarme de una dulce voz como la tuya? –le dije. - ¿Le gustó mi regalo? - ¡Es un regalo exquisito! –le contesté. - ¿Acerté ...