Entregando a Lorena 22
Fecha: 02/03/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Sexo en Grupo
Autor: aristurman, Fuente: xHamster
... mirando estas tres pijas”Lorena no se hizo repetir la orden; apoyó la espalda en la pared, se metió dos dedos en la concha y comenzó a masturbarse frenéticamente, mientras su mirada iba entre las tres vergas enormes.“La señora parece estar necesitada de estas tres pijas bien grandes.no?. Dijo el primer hombre.“Pídanos que le llenemos la cocha de leche”. Ordenó el segundo albañil.“Por favor, cójanme bien cogida, se los pido”. Suplicó Lorena entre sollozos y gemidos.“Acérquese y siéntese en mi verga”. Ordenó el primer albañil.Ella obedeció al instante, empalándose en esa enorme verga dura. Comenzó a moverse sobre el cuerpo del tipo, mientras el segundo se acercaba por detrás a su redondo culo, con la intención evidente de hacer una doble penetración.Mi mujercita dejó de cabalgar y gritó con todo el aire de sus pulmones, al sentir que la segunda verga entraba en su ahora no tan estrecho culo. Todo era un concierto de gemidos, la estaban cogiendo con bastante furia los dos hombres y ella cabalgaba con ganas. Estuvieron moviéndose asídurante un buen rato hasta que de repente los dos se salieron de ella y comenzaron a rociarla de semen; primero le llenaron la boca y ...
... finalmente descargaron el resto entre las tetas de Lorena.Observaron en silencio a mi mujercita mientras recuperaban el aliento; luego se vistieron y desaparecieron, dejando a Lorena abandonada en el suelo, sucia de semen por donde se la mirara.Yo esperé que los hombres salieran del lugar y luego me escabullí también en silencio, para esperar en nuestra casa la llegada de Lorena y que me contara sus aventuras…Un rato después se abrió la puerta, entrando mi bella mujercita bien radiante como cada vez que tenía una buena sesión de sexo. Tenía todavía el cabello un poco revuelto e intentaba ocultar algunas manchas de semen en su camiseta transparente. Noté que tenía cierta dificultad para caminar erguida; evidentemente la sodomía que le habían pegado la había dejado destruida.Naturalmente no se atrevió a contarme nada de lo sucedido en el sótano de enfrente. Al contrario:“Ay, mi amor, no tengo que exagerar con tanta gimnasia… hoy hice dos sesiones seguidas y ahora casi ni puedo caminar…” Se quejó con un mohín sensual, mientras se encerraba en el baño…Y bueno…la calentura me perseguía cada vez más cerca, pero peor era el sentimiento de no poder aceptar lo que nos sucedía a ambos …