Sonia - Relatos Eróticos

Sonia

... unos labios que ya estan húmedos.
Desde atrás,los ojos de Fernando bizquean ante el movimiento que se adivina por debajo de mí pollera.
La atención que le presta potencia mí excitación.Mis gemidos de placer,
mientras conduzco, son,facilmente,
escuchables desde su ubicación.
Ante mí,propia incredulidad,empiezo a oír sus gemidos, casi,pegados a mí oreja.iiiSe está pajeando!!!,o por lo menos eso parece.La suma de sensaciones hace que la llegada de mí orgasmo sea inevitable.Mi cuerpo, prácticamente,salta en la butaca,
mientras,mí clítoris es vapuleado por los dedos de mí marido.
Los gemidos cesan y la calma regresa al interior del vehículo,casi, coincidiendo con la llegada a nuestros domicilios.
Mí estado general me indica que lo más prudente es estacionar en la calle y no intentar entrar en la cochera.
Los 3 descendemos,y, Roberto detiene al vecino cuando se dirige a su casa,para invitarlo con una última copa.
Fernando regresa e ingresa con nosotros
Mí marido se dirige al pequeño bar,sirve 3 vasos,mientras activa el equipo de música.Una melodia suave e incitante envuelve todo el ambiente.Al alcanzarme mí trago,enlaza mí cintura y comienza a bailar.Fernando permanece de pie,cerca de los 2 cuerpos que ondulan a su lado.
Ante mí incredulidad, Roberto, mientras,
bailamos,me acerca peligrosamente,al cuerpo de mí vecino.Yo,casi,puedo prever lo que sigue a continuación,sin embargo,no hago nada por evitarlo.
Mí corazón galopa desbocado cuando siento el cuerpo de ...

... Fernando apoyarse contra mí espalda.Entre la suma de sensaciones hay una que prevalece.Lo que mí vecino apoya sobre mis nalgas supera,holgadamente, cualquier previsión.Mi culo me traiciona y ante el contacto con el,desmedido bulto, empina su posición,sin mí voluntad.
Los 3 nos movemos de manera armoniosa.Roberto me besa con pasión mientras sus manos desprenden mí blusa y buscan mis tetas dónde mis pezones se han convertidodos en 2 inmensos y duros granos de uva.
Fernando,va tomando confianza,baja el cierre de mí pollera y la desliza por mis piernas.A continuación desprende mí corpiño facilitando la labor de la boca y lengua de mí marido.
Media desnuda,Roberto me hace arrodillar,y libera de entre sus ropas mí conocido amigo que sin pérdida de tiempo zambulle dentro de mí boca.
Mientras,se va quitando su ropa,
Fernando se para a su lado,y,mí curiosidad propia de mujer sigue el recorrido de su mano que desaparece entre sus pantalones... cuando vuelve a ser visible,su mano resulta inútil para contener el grueso mástil que sobresale
tanto de un extremo como del otro.
Inmediatamente,mí cerebro me envía un mensaje."Mí boca deberá modular una"O"demasiado mayúscula si quiero intentar saborear la gorda cabeza que anticipa una mayor expresión en los próximos minutos.Imitando la reacción involuntaria de mí culo,mí mano sube y envuelve el,magnífico, mango.Puedo, nítidamente, sentir el grosor de las venas que lo recorren a lo largo de toda su extensión.Mi concha sufre un espasmo que hace ...