Esperando sola en una habitación oscura
Fecha: 20/02/2018,
Categorías:
Sexo Interracial
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Habíamos llegado algo tarde a esa fiesta. Todo el mundo estaba allí. Yo podía sentir todos los ojos de los hombres sobre mi cuerpo. Algunas esposas me miraban desafiantes. Podía sentir el odio que sentían por mí…Yo estaba usando un vestido largo de cocktail, hecho de una suave tela de terciopelo negro. La espalda iba desnuda y un largo tajo al costado de la falda permitía revelar mis largas piernas.Tal vez esa era la razón por la cual todos los hombres allí reunidos querían cogerme… Me imaginé que algunas esposas también querían hacerlo…Después de unas cuantas piezas de baile, mi esposo me indicó que subiera las escaleras y que esperara dentro de la última habitación ubicada a la izquierda del pasillo. Obedecí, llevando una copa de vino en mi mano.La habitación era elegante y confortable. Un gran ventanal ofrecía un increíble panorama del parque trasero, ahora sumido en la oscuridad.La puerta se abrió. Por un breve instante, pude oír la música y las risas que provenían desde la fiesta. Luego se cerró otra vez…Algunos pasos se acercaron lentamente por detrás de mí…Yo ni siquiera volteé. Me quedé de pie junto al ventanal, mirando hacia afuera en la oscuridad.“Vamos a hacerlo ahora?” Pregunté, sintiendo su cercanía en mi espalda.“No soy tu adorado esposo” Una voz desconocida susurró en mi oído.“Qué?” Comencé a abrir mi boca, pero él ya estaba detrás de mí, sus fuertes manos sujetando mis caderas y hombros, impidiendo que pudiera girar mi cabeza.“Qué sucede?” Traté de f***ejear ...
... “Dónde está mi marido???”“Silencio, nena, tu marido dijo que puedo tomarte prestada por un rato y que vos vas a comprender la naturaleza de nuestro trato…” Dijo.Entonces pude sentir una creciente erección presionando contra mi cola. Yo apenas llevaba una diminuta tanga de seda bajo mi vestido de cocktail.“Quiero hablar con mi esposo… Yo no estuve de acuerdo con todo esto”Dije casi al borde de las lágrimas.“Pero él sí… así que es mejor que te portes bien conmigo, nena…”Traté de escabullirme por un lado; pero él era muy fuerte. Solo pude mirar hacia afuera en la oscuridad, mientras sus manos recorrían mi espalda desnuda, mis pechos con mis pezones erectos y luego mis muslos a través de la tela del vestido.Pronto sus manos encontraron el tajo en el costado de la falda y volvieron a subir por mis muslos, haciéndome temblar al sentir aire frío en mi piel.Levantó el vestido, exponiendo mi pequeña tanga negra. Sentí la presión de su bulto entre mis nalgas casi desnudas, mientras sus dedos por el frente comenzaban a acariciar mis labios vaginales a través de la tela.“Basta, por favor…” Supliqué en un ligero susurro, sintiendo que mi respiración comenzaba a entrecortarse.“Silencio, puta…” Dijo junto a mi oído. “Tu esposo dijo que puedo hacer lo que quisiera contigo… No te des vuelta, quiero que mires por la ventana…”Entonces sus dedos desgarraron mi tanga con facilidad y deslizaron los pedazos de tela hasta mis rodillas. Luego se desabrochó los pantalones…“Lindo culo, nena… tu marido ...