Debut, Despedida y Rencuentro.
Fecha: 16/09/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Con Juancito debutamos juntos. Él con 12 añitos, yo 5 meses mayor. Nos rencontramos 20 años después y somos amantes. Con Juancito debutamos juntos. De él fueron los, apenas algo más de, 10 centímetros de carne tiesa embutidos, por vez primera, en mi entrepierna. Él con 12 añitos, yo 5 meses mayor. Fue una emoción intensa pero fugaz. Su familia emigraba a otro país. Nos refugiamos los dos bajo un cerezo, alejado de todo y todos, para compartir un rato, que sospechábamos sería – no lo fue pero así lo creíamos entonces, el último, a solas. No tardaron en llenarse mis ojos de lágrimas de tristeza por la separación y las mutuas promesas de no olvidarnos. Nos besábamos de tanto en tanto. Sin buscarlo sobrevino el deseo, la pasión que a cualquier edad tiñe de sus propios colores el escenario y desdibuja los demás; los besos se prolongaron y sus caricias fueron resbalando bien abajo de las mejillas y recorrieron lentamente mi espalda, la tibieza de mi pecho. Ese día yo estaba permisiva, tal vez por la proximidad de la separación. La resistencia que opuse al avance de su mano invasora fue sólo unas débiles protestas: -¡noo!...¡nooo!!..- -¡paraaa!..- -.....¡terminala!,....Juan.....¡non debes!,....- Pero sus dedos temblorosos siguieron progresando raudamente hasta alcanzar mi sexo. Era la primera vez en su vida que él palpaba el órgano femenino y, yo, a pesar de que aún se interponía la tela de la bombacha, estaba encantada, hipnotizada de sentir, por primera vez en mi vida, los ...
dedos y luego los genitales masculinos, hurgar en mí “almeja”. No hice nada para interrumpir la invasión de mi intimidad. Él subió la apuesta y me murmuró: -Que linda cosita tenes aquí, ....está calentita calentita....¿queres coger?“-. Interrumpí los besos, lo miré como quien le cuesta creer lo que ha oído: -Noooo!!..¿sos locooo?...nunca lo hice...- pero sin ademán ninguno de interrumpir las caricias. Así ocurrió, quizás por influjo de las sombras: la del cerezo y la de la separación inevitable, nuestra primera aproximación al amor físico. Ninguno de los dos tenía para poner en juego más que cariño, anhelo, predisposición y torpeza. Nos costó varios intentos fallidos la penetración, pero una vez lograda, a medias, cesaron mis quejas. Hubo no poca ansiedad e indecisión inicial, hasta que poquito a poco pudo entrarme toda la verga, sin protestas de mi parte y, al cabo de unos cuantos entra y sale conseguimos algo de sintonía, de ritmo, de compenetración y comenzamos a disfrutar el uno del otro. A partir de ahí un placer desconocido me inundaba cada vez que se hundía en mi cuerpo, Yo gemía y suspiraba y, en ese momento, quería que aquello no terminara jamás pero no tardó en sobrevenir su culminación. Al sentir el chorro caliente dentro de mí, suspiré con mayor intensidad y contraje la conchita como queriendo retener al “intruso”. A pesar que mi primer orgasmo lo experimenté mucho tiempo después – con otro - durante años y años recordé, el momento, como glorioso en nuestras cortas ...