1. LA PANDILLA DE VICTOR (3) Servicio de Habitaciones


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Gays Autor: ZLASKO, Fuente: SexoSinTabues

    Me encantaba abrirle la puerta de la habitación, solo con los slip para ver la expresión de su cara, para leer en su rostro que le gustaba lo que veía. De vez en cuando mientras el servía el pedido, yo me arrascaba el paquete y me tiraba de la tela de los slip, que se me metía por la raja del culo … y todo esto sin dejar de mirarle la cara. LA PANDILLA DE VICTOR (3) Servicio de Habitaciones Victor: Bueno, bueno . amigo . mira el calentón que llevo encima … y pienso que hay que ponerle remedio. Jaime: ¿Quieres que te chupe la polla un poco, haber si se te baja la calentura? Victor: ¡Pero que mamoncete estás hecho! . Te lo agradezco, pero todo a su tiempo. Se me ha ocurrido otra cosa, que puede que nos guste mas . ¿Te apetece algo del servicio de habitaciones? Jaime: ¿Ahora? Victor: Si . Ahora es perfecto . Ya verás. Llamé como cada noche al servicio de habitaciones, y pedí lo de siempre. Unas tostadas de pan de molde, un cuenco de mantequilla y otro de mermelada de fresa. Sabía, que como cada noche, subiría a traerme la comanda Mario, el camarero del turno de noche. Mario era español afincado en Venecia, se vino para trabajar un par de meses y ya llevaba tres años en el hotel. Lo sabía por que el primer día que llegamos al hotel, no encontrabamos nuestras habitaciones y él fue tan amable de conducirnos hasta los dormitoríos, y estuvimos hablando un buen rato. 214 y 216, segunda planta con vistas a la piscina, yo os llevo … nos dijo en nuestro idioma … durante todo el trayecto ...
    ... nos contó su vida, se le notaba en la voz un poco de pluma, . no mucha, pero la suficiente para ponerme en alerta de que el colega perdía aceite. A mi lo de la pluma no me importaba, por que el tío estaba para mojar pan y otras cosas, … estaba buenísimo. Acompañó primero a Luis y a Jaime a la 216, y luego a David y a mi a la 214, y así fue dejando en cada habitación a todos los universitarios que estaban en nuestra planta. Ya por la noche, la primera vez que pedimos tostadas al servicio de habitaciones, vino a servirnos el, … y la segunda vez, el también … y ahí fue cuando nos dijo, que toda esa semana tenía turno de tarde noche. El cabrón era un modelo de guapo, un morenazo … con un cuerpo bien formado, unos ojos verdes intenso que no le cabían en la cara, una forma de comportarse y moverse como un macho, que te daba un morbo de la leche. Andaba que parecía que no le cabía el paquete entre las pierna, … y eso me ponía super caliente, … solo imaginar lo que tendría ese hombre ahí escondido. Me encantaba abrirle la puerta de la habitación, solo con los slip para ver la expresión de su cara, para leer en su rostro que le gustaba lo que veía. De vez en cuando mientras el servía el pedido, yo me arrascaba el paquete y me tiraba de la tela de los slip, que se me metía por la raja del culo … y todo esto sin dejar de mirarle la cara. Reconozco que era un poco descarado, pero yo intuía que a ese tío le iba el rollo, … y lo que tendría que ser echar un polvo con el colega. Esa noche ...
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