Diferente y morboso - Relatos Eróticos

Diferente y morboso

... colocó en el regazo de Takeru. Se creó un momento silencioso pero a la vez cómplice, Takeru parecía que estaba esperando este momento años, hizo de las nalgas de Ken lo más doloroso posible. No fueron una o tres nalgadas, era imposible no hacer más de tres, porque ha medida que iba golpeando, se iba motivando más, el ruído que se producía cuando su mano se estrellaba contra uno de las nalgas duras de ken que parecía hacer que la bofetada picara aún más de lo que se podía ver El resultado fue que, cuando su Takeru finalmente dejó de golpear su culo, Ken estaba en un dolor considerable pero sin ninguna intención de derramar lágrimas, cuando recibía el golpe cerraba los ojos, sintiendo el dolor que eran como leves cosquillitas en su trasero, aparte se mordía los labios por el placer que todo aquello le hacía sentir. Estaba allí tendido, cubierto por las piernas de Takeru, esperando la orden de levantarse cuando sintió la mano de su amante suavemente masajeando sus nalgas encendidas de un fuerte rojo con la palma de la mano grabada en su culo, Los dedos de Takeru se sentían fríos contra la carne inflamada de su ano recién pulido y hasta el suave apretón que se estaba aplicando era suficiente para causar temblores de placer a través de sus nalgas. Más que eso, Ken estaba tan cómodo con la situación que casi se duerme en el lugar, pero tuvo que escuchar lo que Takeru tenía que decirle mientras le acariciaba el lugar donde antes le habia dado unas cuantas nalgadas Comenzó a decir ...

... con su voz espesa de emoción -Te he estado observando todo este tiempo, nunca me habia llegado a imaginar que tú y yo acabariamos así, en esta habitación, compartiendo una misma experiencia, siento tu relajación, y aunque no te lo creas, nosotros hemos pasado por casi lo mismo y somos casi muy parecidos, hemos perdido a familiares, la única diferencia que yo he vivido un divorcio y tu una muerte familiar, pero nos entendemos en el dolor, odiamos muchas cosas que nos complementan, estamos separados, pero la locura nos ha hecho llegar hasta aquí, me encanta tu cuerpo, masajearlo, adornarlo, y sentir que no sientes ningun deseo de escapar de mis manos me hace estar en perfecta armonía contigo. -¿Porqué debería salir de tus brazos si estoy realmente donde debo estar? no, sería un completo error -¿Te gusta la calma? -Soy uno con la calma -¿Que sentiste cuando mis manos hambrientes abusaron de tus nalgas de mujer?-. Dijo frotando suavemente contra el culo de Ken, aunque ahora sus dedos corrían por la raja profunda entre las nalgas de aquel muchacho haciendo que el ano de Ken se fuera quedando más y más relajado, hasta el punto en que pequeños fluidos ya aparecían de forma tímida, Takeru los vió, y los olío saboreando el dulce olor mientras Ken respondían - Que esos golpes expertos no cesaran su movimiento. -¿Te gusta el dolor?-. Lubricaba el ano con los propios fluidos de Ken. -Sí, porque puedo tener el control sobre él, el dolor te impide no ir más allá, explorar todo el dolor que ...