Regresando sola de noche a casa
Fecha: 02/02/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... pude ver que su verga seguía tan erecta como al principio…“Date vuelta, perrita… ahora quiero disfrutar esa cola…” Me ordenó.“No por favor… por el culo no… lo tengo muy dolorido…”Era verdad: la noche anterior me había masturbado en mi casa y se me había ido la mano con un juguete incrustado hasta el fondo en mi ano…“No voy a repetirlo, ni quiero escuchar quejas, perra, ya me oíste…”Volvió a aferrar mis muñecas por encima de mi cabeza y me obligó a pegar mi cara contra la fría pared. Enseguida comenzó a deslizar su verga dura sobre mi raja; deteniéndose en mi estrecha y algo dolorida entrada trasera.Empujó un poco y supo que no entraba; así que sin previo aviso me la hundió por la concha, para lubricarse con mis jugos.Volvió a apoyarla sobre mi ano y esta vez aullé de dolor al sentir que me perforaba sin compasión y me traspasaba empujando en un solo embate.“Silencio, perrita, te dije sin quejas… ya estoy bien adentro…”Me metió la verga un poco más, ahora empujando despacio para no lastimarme. Aun así, el dolor era insoportable; su pija era muy gruesa.Me bombeó a ritmo lento, disfrutando su verga dentro de mi estrecho ano.Soltó mis muñecas y una mano bajó a acariciar mi clítoris, mientras la otra pellizcaba mis endurecidos pezones. Enseguida el dolor dejó paso al placer y dejé de jadear y quejarme.Sentí que iba a tener ...
... otro tremendo orgasmo y se lo advertí.Entonces sacó su pija de mi culo; me hizo girar de frente a él y se arrodilló, hundiendo su cara en mi pubis. Su lengua invadió mi vagina, al mismo tiempo que yo aullaba de placer al sentir mi orgasmo explotar otra vez a lo largo de mi cuerpo.El tipo mientras me lamió y succionó la concha con gran maestría, haciéndome acabar todavía una vez más con su lengua.Después se incorporó y me levantó en andas, volviendo a enterrar su verga tiesa hasta el fondo de mi culo. Yo me abracé a su cuello, sintiendo que él resoplaba junto a mi oído.Así me bombeó un par de minutos, hasta que sentí su semen caliente descargándose en el fondo de mi ano.Cuando acabamos se salió de mi trasero y me dejó en el suelo, mirándome a los ojos en plena oscuridad.“Te encantó putita… yo te lo había advertido…”No le respondí, pero sonreí mientras me agachaba para colocarme la tanga que llevaba arrollada en un tobillo. Al enderezarme, mi amante desconocido había desaparecido.Algo decepcionada comencé a caminar; con más dificultad que antes, ya que, además de los tacones, un intenso ardor en el ano me impedía cerrar los muslos y mantenerme derecha.En la esquina se detuvo un auto rojo cerrándome el paso.Una voz ahora conocida susurró en plena oscuridad:“Te llevo hasta tu casa, putita… hay gente muy peligrosa en las calles…”