1. Susana


    Fecha: 29/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... momentos me arrodillé, mis manos mientras alzaban su pollera acariciaban sus piernas, ella gemía y suspiraba constantemente, cuando acaricié su ingle un profundo gemido mezclado con un suave grito placentero nació de su boca, mientras tanto la mía comenzó a besar y lamer sus piernas por detrás, ella alzó su pollera, su cola apenas cubierta por una diminuta tanga del mismo color de su corpiño quedo libré ante mis ojos, sus nalgas redondas eran espectaculares, mi boca se acercó a ellas fui besándolas, lamiéndolas, pellizcándolas suavemente con mis labios, en medio de gemidos de intenso placer, bajé levemente su bombacha y mi lengua ardiente de placer se deslizó por la raya, para luego juguetear levemente por los bordes de su ano ella gritó profundamente y casi con desesperación pidió que la penetre. Baje mis pantalones y mi humedecido slip, ella terminó de bajar su bombacha y dejo caer su pollera extendiendo su cuerpo sobre la mesa, sus piernas se separaron tomé su cintura entre mis manos y apoye en las puertas de su ano mi endurecido pene, ella gritó con desesperación, continué unos instantes más jugueteando con él para luego muy suave y delicadamente comenzar a penetrarlo, ambos estábamos sedientos de placer, poco a poco mi pene fue avanzando dentro ...
    ... de su cuerpo, hasta entregárselo todo, y luego comencé a deslizarlo suavemente, para luego acelerarlo cada vez más, su respiración parecía entrecortase, prolongue el final lo más que pude hasta comprender que ya no podía más, se lo hice saber, tomé sus caderas con firmeza, y sentí mi pene explotar, al mismo tiempo que su cuerpo se convulsionaba por el orgasmo, su boca no paraba de gemir y gritar, mientras yo no paraba de inundar su ano de semen sus entrañas. Luego de algunos instantes nuestros cuerpos comenzaron a aquietarse. Aplacado mi pene abandonó su cola, ella se incorporó y nos estrechamos en un profundo y apasionado beso, luego nos acostamos sobre la alfombra, ambos continuamos, deseábamos más y estábamos dispuestos a saciar nuestros deseos, hubo besos , caricias, lamidas, nuestros cuerpos fueron recorridos por ambos en toda su extensión, hasta que mi pene volvió a endurecerse penetrándola ahora vaginalmente. Quisimos aprovechar al máximo ese día, luego de almorzar, la penetración vaginal volvió a repetirse. Los días continuaron y también nuestros encuentros, algo más breves cuando llegó su esposo. Así hasta la despedida, han pasado varios meses ya pero aún continuo extrañando muchas cosas de Susana, esos momentos a su lado serán inolvidables. 
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