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Confesiones del Padre Arturo: El campamento parte 2
Fecha: 25/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Padrearturo3, Fuente: SexoSinTabues
Después de un mes. La continuación de campamento junto a Anita y Katy. Todo era silencio en la noche 2 del campamento, las pequeñas casas casi no exhibían luces debido a que ya era la hora de dormir establecida por las monjas. En la última calle de ese pequeño conjunto de viviendas había una casa que aún exhibía una ventana con una luz tenue encendida. En las habitaciones que corresponde a los niños del campamento todos duermen e incluso roncan algunos recuperando energías para lo que será un nuevo día de campamento. En el cuarto de las niñas la situación es parecida, todas descansan pacíficamente esperando el amanecer. Todas a excepción de una. Al parecer había un lugar vacío en aquella habitación para 4 niñas. Al final de los pasillos se podía distinguir la habitación del encargado. Desde aquella habitación salía el único haz de luz en aquella casa en penumbras. -Ahí esta. Ahora este es rosa y por lo que veo también te queda muy bien, Anita.- le digo mientras le doy una vuelta a esa niña de ocho años frente al espejo para mi deleite.- Muy bien! Te ves hermosa con ese vestido Anita.- le digo mientras la acerco a mí y le doy un beso en la boca. - Gracias, Padre!!-responde Anita contenta por su regalo. - Es tu premio por siempre ser una niña tan buena y obediente.- respondo.- Ahora, porque no lo exhibes frente al espejo levantando tus nalguitas.- ordeno. Anita obedece posando sin saber para la cámara frente al espejo- De esa forma, sí. Muy bien! Ahora porque no imaginas que ...
... Dios esta frente a ese espejo y le dices: “Soy Ana. Tu fiel y devota servidora.” -Soy… Ana. Tu fiel...- repite Anita pero luego se queda callada por pena. -Que no te dé vergüenza, Anita. Que agradar a Dios no es motivo de vergüenza. Al contrario es motivo de orgullo.- le instruyo a lo cuál Anita asiente en señal de que entendió.- A ver inténtalo de nuevo con voz decidida. Dicelo a Dios que el esta en todas partes y no dudes que esta aquí presenciándolo todo. - Soy Ana. Tu fiel y devota servidora.- repite Anita con voz inocente pero esta vez mas decidida inclinandose y mostrando de perfil sus nalguitas. Mi verga se exhibía al costado de ella con deseos salvajes hacia esa niña. Le susurro al oído lo que debe continuar diciendo. Poco a poco va regresando su devoción con cada palabra. - Te ruego tomes mi ofrenda, Señor mío.- implora Anita con voz inocente. Continúo murmurándole al oído.- Que tu servidor el Padre Arturo pueda elevar esta ofrenda hacia ti, Señor.- finaliza Anita con total candidez. -Tu ofrenda ha sido recibida, Anita.- le digo acercándome a ella y dandole una palmada a ese par de nalguitas que mostraba frente a la cámara.- Así entonces. Toma el instrumento que va ayudar a que cumplas tu alabanza.- exhorto. Anita toma mi verga con su manita y comienza masturbarla. Era muy bizarra la imagen que exhibíamos frente a esa cámara-espejo: Una niña sonriendo contenta e inocente llevaba un vestido erótico y masturbaba con naturalidad a un adulto que la miraba con deseo carnal ...