La despedida final de las calles oscuras - Relatos Eróticos

La despedida final de las calles oscuras

... garganta, provocándome asfixia…Empezó con un mete y saca contra mi boca muy rítmico, que apenas me daba tiempo a recuperar el aire cada vez que esa mordaza salía de mi boca. Así estuvo dándome un buen rato, mientras yo sentía caer por mis comisuras pequeñas cantidades de semen mezclada con mi propia saliva.De repente sacó su ahora bien endurecida verga de mi boca y todavía aferrándome de los cabellos, me dio un par de bofetadas en la cara. Luego me soltó y caí al piso, quedando acostada boca arriba.El tipo rápidamente se agachó y se acomodó entre mis piernas abiertas. Metió sus manos por debajo de mi pollera, tomo mi tanga con ambas manos y la arrancó de mi cuerpo. Se la llevó a la nariz para olerla y sonrió:“Putita, me gusta tu olor… ya estás bien mojada para recibir mi verga…”Levantó mi pollera hasta mi cintura y acomodó su pija entre mis labios vaginales. Me miró directo a los ojos sonriendo con lujuria mientras se impulsaba hacia adelante; penetrándome con violencia.Sentí ese pedazo de cabeza bien gruesa invadiendo mi concha con gran velocidad y violencia hasta que me incrustó toda su verga dentro de mí. Empezó a embestirme violentamente, pero no era un mete y saca sin parar, sino que era pausado.Me metía su chota hasta el fondo violentamente y luego iba hacia atrás lentamente y antes de sacarla completamente, volvía a embestirme con fiereza y mucha energía.Yo me sentía muy humedecida y bien lubricada; así que enseguida comencé a jadear mientras le devolvía su mirada ...

... lujuriosa y caliente.Apenas cinco minutos después, el tipo ya no aguantó más y eyaculó en el fondo de mi concha, dando un grito que lo hizo retorcer salvajemente.Se salió de mi concha y se desplomó a mi costado; quedando allí tirado sin decir nada; aunque me aferró por una de mis muñecas para que no me moviera. Estuve ahí quieta y en silencio, sintiendo su semen caliente salir entre mis dilatados labios vaginales. Me había cogido bien duro, pero yo no había llegado a acabar; así que seguía mucho más caliente que antes…Estaba pensando si el tipo iba a dejarme ir; pero entonces se incorporó y me tomó por la cintura, haciéndome girar boca abajo, sobre mis rodillas y codos.Pensé que iba a dolerme bastante esa cabeza gruesa entrando en mi culo;Pero me quedé sin saberlo. Me empezó a acariciar las nalgas, me dio varias cachetadas hasta dejármelas ardiendo y bien coloradas. Me pasó un dedo por toda la raya de mi cola y hasta me metió muy despacio apenas una uña para abrirme el esfínter, pero muy suavemente. Así estuvo metiéndome sus dedos en el culo por un buen rato y luego, de algún lugar, sacó un pote con un gel color verde.Se lubricó sus dedos y empezó a penetrarme el culo con ellos; los sentía frío por esa clase vaselina en gel. Ahora me hacía doler bastante, pero todavía no había llegado lo peor.De repente me ató las manos atrás y también los tobillos. Me dijo:“Me encantó tu concha, putita… ahora voy a probar ese culito lindo…”Lubricó sus dedos con más cantidad de gel y empezó a ...