Rosa
Fecha: 14/09/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... putita. Me tomó del cabello y me levantó de la taza. - Parece que tu mamá no te educó muy bien, pero yo te enseñaré a no espiar a otras personas. Tenía mucho miedo, esa mujer era enorme, cuando me levantó apenas si le llegaba hasta los pechos me tomó de los hombros y podía sentir su enorme fuerza, sería mejor no resistir, o podría irme peor. Me ordenó que pusiera las manos en la pared y me hizo levantar el culo y me lo empezó a acariciar. - Qué lindo culito tienes perrita. Me encanta hacer esto. De pronto me dio una nalgada que casi me hizo gritar y casi llorar. - ¡Aaaah! - ¿Te duele mucho chiquita?. - ¡Siiii!. Ya no me pegue por favor. - Entonces intenté voltearme para tratar de hacerla desistir, pero ella me tomó de la blusa con una mano y con la otra mano me soltó dos cachetadas y me dijo: - ¿A dónde crees que vas linda?. Mejor no intentes nada o sólo tendré que usar más fuerza. Sabes que puedo hacer lo que quiera contigo puta. Me volvió a voltear y continuo pegándome. La verdad es que me dolía mucho, pero eso también me estaba excitando mucho ser castigada como una niña malcriada. Ya tenía la concha chorreando sólo por la zurra. Después de no sé cuántas palmadas en el culo ella paró. Me empezó a acariciar de nuevo mi dolorido culo mientras me decía: - Ya ha sido suficiente perrita, si te sigues portando mal la próxima vez te irá peor. Me tiró en el piso y quedé hincada. Se quitó su short y me mostró su coño totalmente depilado. - Ahora agradéceme el haberte castigado ...
... dándome una mamada de coño. Me quedé mirando su concha, era imponente, sus labios eran muy gruesos, se veía enorme parecía que si acercaba mi rostro sería succionado. Cerré los ojos y me acerqué sacando la lengua e hice contacto. Empecé a lamer y chupar suavemente. Ella ya estaba algo mojada, parece que ella también se había excitado al pegarme, sus jugos me ponían más caliente, abrí los ojos y miré sus enormes muslos a mi lado. - Qué rico chupas putita, pareces un cachorrito no cabe duda de que eres toda una maricona chupa puchas. Sus palabras también me excitaban, empecé a sentir mi conchita más húmeda. Trataba de darle la mamada que mejor podría hacer. Estuvimos así un rato cuando ella empezó a decir: - ¡Uummm!, ¡aah!, así pequeña, ya me vengo, hazme venir putita, hazme venir, chupa más fuerte. Así, mas aaah. Ella tomó mi cabeza y me la hundió la cara en su coño mi nariz y mi boca estaban totalmente dentro, sentí su temblor. - ¡Aaaaah!, ¡me vengoo!, ¡aaaaah!, ¡siiiii!, ¡aaaaah!. Se vino increíble y vinieron sus líquidos que entraban a mi boca, continuaba Agarrándome fuertemente de la cabeza sentí que me ahogaba con su venida pero ella no me soltaba. Me empecé a retorcer tratando de soltarme pero era inútil. Ella se calmó un poco, empezó a reír y me dijo aun jadeando: - Qué pasa cariño, ¿ya no quieres más coño?. Por fin me soltó y yo empecé a toser por sus líquidos en mi garganta. - Lo has hecho muy bien ramera, pero todavía no terminamos. Se inclinó y me tomó de las axilas ...