Mi inicio como travesti (1 y 2)
Fecha: 14/09/2017,
Categorías:
Transexuales
Anal
Autor: DanielaTravesty, Fuente: CuentoRelatos
ACTO I Mi historia empezó hace ya varios años. Recuerdo como me encantaba tocar las faldas de mi madre, sus vestidos y aprovechaba cada vez que estaba solo para ponerme alguno de ellos. Todo empezó estando en la casa de mi padrino. Él era el jefe de mi madre, pero nos dejaba quedar a dormir en su casa ya que nos quería como su familia. Una noche, mi madre decidió irse a su casa a descansar, mientras yo decidí quedarme en casa de mi padrino. Ella no vio problema y me dejo, recuerdo que permanecí unas dos horas solo. Mi madre había dejado uno de sus vestidos sobre la cama, recién salido de la lavandería. Era un vestido de noche, color negro largo con apertura en ambas piernas y las mangas con encaje. Lo levante para que no se arrugara, pero al contacto de la tela con mi piel, me recorrió un escalofrió, fue una sensación muy extraña para mí en ese entonces, pero me gusto. Me despoje de mi ropa, y quedando totalmente desnudo me lo probé. Corrí al espejo para ver cómo me veía. Por supuesto me quedaba largo y grande, pero me veía muy bien, esto combinado con el delicioso material del vestido me excito a tal punto que mientras estuve solo me lo deje puesto. Los años pasaron y yo seguía con mi fetiche a escondidas. Nadie sabía de mi gusto, hasta que un día, un primo con el cual llevaba una relación de amistad muy estrecha, se quedó a dormir en mi casa. Nos desvelamos y terminamos hablando de chicas. Los dos vivíamos cerca y teníamos unas vecinas muy lindas, empezamos a fantasear ...
con ellas lo que nos llevó a masturbarnos. Recuerdo que él me pregunto que se sentiría que le hicieran sexo oral, a lo que yo lo dude dos veces y baje hasta su pantalón de la pijama, se lo baje completo con sus interiores y metí su pene en mi boca. Sentí como se le ponía más duro con cada chupada que le daba. De repente escuchamos un ruido y nos alertamos, así que deje de chupárselo, se subió el pantalón y yo el mío y nos acostamos hasta quedarnos dormidos. Jamás hablamos del tema y tampoco se volvió a repetir. Después de esa noche me preguntaba porque lo había hecho. Me sentí mal y me dije que no volvería a hacerlo. Y así fue, el tiempo paso y me olvide del tema. Paso más o menos un año después de esto, mi padre no vivía con nosotros, él vivía con una tía; era hermosa y ni hablar de su forma de vestir. A diferencia de mi madre, mi tía usaba tacones altos, sandalias, vestidos y faldas cortas. Yo solía quedarme en la casa de ella con el hijo de ella, mi otro primo. Pero ese día no estaba. Cada vez que yo iba admiraba su cuerpo su belleza y su hermosa forma de vestir y muchas veces me encontraba pensando en cómo me vería con aquella ropa puesta, pero de inmediato apartaba dichos pensamientos de mi cabeza. Un sábado que fui a la casa de mi padre, me quede allí en vez de salir a acompañarlo al trabajo como solía hacerlo. Como dije, ese día mi primo no estaba. Me fui para el cuarto de mi tía y me senté a ver tv. Por desgracia, o fortuna, no sé cómo llamarlo, el tv quedaba justo al ...