Con mi sobrino en la fiesta de su semestre - Relatos Eróticos

Con mi sobrino en la fiesta de su semestre

... ponía “cómoda”, dijo está bien y salió rumbo a la sala, ahhh esos adolescentes!, calientes pero manejables a mil, era un tesoro este macho que me estaban poniendo en bandeja sus papás. Rápidamente me desnudé y busque en la maletita que traía la bata semitransparente que usé en Cuernavaca... esa que dejaba ver mi figura con descaro porque no dejaba nada a la imaginación por lo delgada que estaba, me puse un conjunto de ropa interior que había comprado para la ocasión, totalmente transparente color blanco que solamente resaltaba mi desnudez en lugar de cubrirla, el efecto con la bata y unas zapatillas blancas altas era perfecto!, Balám iba a desearme coger en cuanto me viera así!... y sus papás estarán muy satisfechos de haberme invitado a iniciar a su hijo... jejeejee. Quería ver cuánto aguantaban ellos al verme así, seguro iban a querer tocarme por lo menos, pero estaban enfrente de su hijo y quería ver canto podían comportarse sin perder el estilo conmigo... jajajaja iba a ser divertido! Salí rumbo a la sala y al empezar a bajar las escaleras se hizo un silencio mientras los tres me admiraban. Me paré frente a ellos dejándolos desnudarme con la mirada mientras les ...

... decía: que nadie me va ofrecer un trago? Balám corrió al bar a prepararme algo mientras ellos me veían con lujuria. Así o más puta? les pregunté abriéndome la bata para que pudieran ver mi cuerpo resaltado por la tanga y el mini bra blanco. Mi prima se paró rápidamente dejando a su marido con una mirada clavada en mi cuerpo... Mariela!, eres más atrevida de lo que pensaba, mañana veremos de que eres capaz con el hombre de color que tanto te gustó, ándale tomate la bebida que te traiga Balam y ya váyanse a su recamara... quiero oír como empiezan para ponernos a tono mi maridin y yo. Quieres vernos coger?, le pregunté súbitamente, no sé ni porque lo hice pero me di cuenta que ella se ponía roja de la cara en franca aceptación de su calentura del momento... pero... es mi hijo Mariela... no creo que... En ese momento llegó Balám y me dio la bebida, la tomé con una mano y con la otra lo tome de su mano y le dije, creo que ya debemos irnos a dormir jovencito, dales las buenas noches a tus papás y llévame a mi habitación para poder descansar... la noche ha sido larga... Dibujando una sonrisa de complicidad con él, se despidió y subimos rumbo a mi habitación... Continuará.