Cuéntame sobre ellos
Fecha: 04/01/2018,
Categorías:
Gays
Erotismo y Amor
Autor: thescreamline, Fuente: CuentoRelatos
... tiré en la cama a jugar con el celular mientras lo esperaba. Mi compañero no era fanático de las instancias previas, sino más bien que le gustaba que el sexo se concretara de una forma veloz y efectiva. Por lo general esto significaba que se tiraba en la cama, ponía un almohadón bajo su cintura, abría sus piernas y me dejaba entrar en él. Entré al tercer intento, entre sus gemidos, su rostro de placer y mi gratificación personal al poseerlo de aquella manera. Había, en ese acto, otro proyecto escondido que sólo nos pertenecía. Y es que allí era el momento en donde Lucas se dedicaba a contarme sus últimas aventuras sexuales. Sabía que conseguía calentarme a tal punto que tenía que dejar de moverme para no acabar rápido. Disfrutaba viéndome así, que lo tratara como a una putita mientras me relataba sus últimas vivencias. Y a mí me encantaba escucharlo, imaginarme la historia que él me contaba. Todos esos hombres que habían entrado en él en mi ausencia. - Una noche terminé de entrenar y me fui a los vestuarios -me contó a mi oreja, entre pequeños gemidos.- Cuando me puse a mear, un gordito, que se encontraba practicando, se puso a mear en el mejitorio conjunto. Le vi la pija. Era casi tan gorda como él. Imaginarme a Lucas, tan flaco y atlético, sintiéndose atraído por un muchacho que lo triplicaba en tamaño, provocaba que me encendiera más. - El gordito me descubrió observándole el bulto y sonrió -continuó.- Me dirigí hacia la salida y le hice una seña para que me acompañara, ...
... cosa que el chico hizo. Sabía dónde podíamos ir a tener sexo sin que nadie nos viera. Lo llevé hasta una pequeña casilla que está en el fondo del predio de natación, detrás de las piletas externas. Sabía que la casilla, tan construida y abandonada, no tenía llave y sería el último lugar en donde alguien entraría a última hora de la noche. >>Nos metimos a las penumbras de lo que debía ser un depósito. No había luz, así que todo fue palpable a la oscuridad. Su cuerpo rollizo no terminaba nunca cuando lo acariciaba. Me besó y me atrajo para sí, poniendo sus manos entre mis nalgas y bajándome los pantalones húmedos de un sólo tirón. Aminoré la marcha de mis movimientos. Era preciso ser cauto porque en cualquier momento iba a explotar en su interior. Y, al menos, quería dejarlo terminar su historia. - Me arrodillé ante él y se la comencé a chupar -continuó Lucas.- Tenía un gusto medio dulce, probablemente del agua de la pileta. El gordito gemía como loco mientras disfrutaba de lo que parecía ser el momento más maravilloso de su vida. Luego, me di vuelta y apoyé mis manos sobre la puerta de madera, dejando mi cola a su merced para que me la metiera. - ¿Te la metió? -susurré. - Oh, sí, me la metió -se relamió Lucas.- Con tanta fuerza que sentí que me iba a romper en pedazos. Se movía con mucha agilidad, el gordito. Le gustaba poseerme. - ¿Te gustó que te poseyera? -pregunté. - Me encantó -respondió. - Me sentí una verdadera puta. - Oh... -comencé a gemir. - No acabes todavía -me ...