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Me tiré a mi supervisora
Fecha: 29/12/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
Hola buenos días. Me dirijo a Ud. para comentarle lo que hace poco tiempo aconteció en mi trabajo. Tal vez no pueda creerlo pero fue real. Los hechos se desarrollaron en el tiempo durante bastantes meses y desembocaron en lo que indica el título de este relato. No diré aquí mi nombre ni tampoco el de la implicada, por las consecuencias que pudiera acarrear mi relato. Puedo indicar no obstante unas iniciales, diré que somos J y C. Yo llevaba tiempo trabajando en la empresa X. Comencé como becario y con el tiempo fui progresando en la empresa. Al principio solo cruzaba unas palabras con C ya que estaba como dije como becario. Los días sucedían sin cesar y yo cada vez me iba implicando más en la empresa. El trato con C pasó de ser un poco distante al principio a ir mejorando, un saludo un hola buenos días J y demás. Entonces algo cambió. Mi supervisora me saludaba con sonrisas y miradas cómplices, pero el tonteo no había llegado aún. Una tarde teníamos una reunión y yo como parte ya de la empresa acudí a ella. C no paraba de echarme miradas y al hacer un receso coincidimos en la máquina del café. C me dijo: Buf que reunión más larga, estoy agotada. Y yo, pero como estoy ascendiendo no puedo quejarme. Y sonreí. Ella me devolvió la sonrisa. Que guapo te veo hoy, me dice. Esa camisa te marca los pectorales. Uy que tontorrona se estaba poniendo. Volvimos a la reunión y ella se sentó fuera de la mesa. Cruzó las piernas insinuantemente, sabiendo que la estaba mirando, en plan Sharon ...
... Stone en instinto básico, solo que ella si llevaba bragas. Después de dos horas más la reunión finalizó. Ella se agachó a recoger un boli aposta y su culo se marcó bajo el vestido. Ella me estaba provocando y yo lo sabía. Al día siguiente vino a trabajar con unos vaqueros superceñidos y el tonteo creció al máximo. Yo me dejaba querer. Oye J me llama, me ha salido un sarpullido aquí y a ver si me lo puedes mirar. Se abre el escote y me señala el pecho derecho. Toca aquí, me dice. Mira que rojo se me ha puesto. Yo le sigo la corriente y le toco toda la teta. Tienes la mano fría me dice. Se ríe. Entonces agarra mi paquete y yo me quedo sorprendido y retrocedo un poco. ¿Dónde vas J? ¿Qué haces? Eres mi jefa. ¿Y qué? Tú eres mi subordinado. Se acercó a mi oído y me susurró: y me pones a cien. No quiero líos C le digo. Ya sabemos que estas cosas acaban mal. Tengo que confesarte J que tú me gustas. Eres guapo y tienes un cuerpazo. Pues tu tampoco estas mal, le dije. Gracias. La verdad nunca me he considerado la típica mujer buenorra. No soy fea pero no tengo un cuerpazo. Si te soy sincero tienes un culo que me encanta. Ah gracias J. Y de todos modos que esperas de mí? Quiero que me folles, que me folles como nunca lo han hecho. Hasta ahora todos los tíos con los que me he acostado solo buscaban su propio placer y no el mío. Nadie me ha dado un orgasmo al echar un polvo, solo me he corrido a gusto cuando me he masturbado yo. Pero si alguien se entera… Quien se va a enterar? No sé, ...