1. PATY MI PRIMA Y NUESTRO DULCE DESPERTAR AL SEXO...


    Fecha: 27/12/2017, Categorías: Incesto Autor: LOVERBKS, Fuente: SexoSinTabues

    ... salchichas mientras platicábamos y jugábamos, rendido por el cansancio me fui a acostar; tomé mi espacio en la sala, puse mi colchoneta y rápidamente caí en un profundo sueño. No me di cuenta cuando los demás llegaron a acostarse. Ya era muy entrada la noche cuando me desperté debido a que algo me hacia cosquillas en la cara, abrí los ojos y me asusté; frente a mi estaba la dulce cara de Paty, quien dormía plácidamente. Lo que me despertó fue su tibio aliento en mi rostro, de tan cerca que estábamos el uno del otro. Me asustó su cercanía y el de momento no saber qué era lo que estaba frente a mí. Instantes después aquella visión hizo saltar mi corazón. A pesar de convivir mucho nunca había estado a menos de 80 cm su cara de la mía. Me quedé inmóvil contemplándole. La luz de la luna llena de Semana Santa entraba por el amplio ventanal de la sala de mi casa iluminando con su claridad toda la estancia. Ella estaba tapada parcialmente con una sábana blanca, pero pude ver claramente que vestía su de moda vestido verde. Hasta mi llegaba el aroma del shampoo de su cabello recién lavado, seguramente antes de acostarse, pues las tardes y noches eran ya cálidas ese año en particular. La contemplé largos minutos; simplemente la estuve viendo, extasiado por su imagen tan cerca de mi. Cerré los ojos y jugué al “dormido”. Me moví en mi lecho como sin querer y acerqué mi cara a la suya aún más, hasta que sentí de nuevo su aliento en mi rostro. Era divino sentirlo ahora; tibio, acompasado, y ...
    ... su aroma a mujer, a ella. En ese instante dejó de ser mi prima, para pasar a ser la mujer objeto de mi puberto deseo. Sentí un loco deseo de besarle; nunca antes había besado a ninguna mujer de esa forma, como mujer. Ni sabía como hacerlo. Pero la idea se fue apoderando de mi mente y de mi ser. Ella se movió un poco, girando levemente su cuerpo, con la cara hacia arriba, ligeramente hacia el lado donde estaba yo, y entreabrió los labios. Fue todo un espectáculo a la luz de la luna; ver la silueta de su hermoso rostro bañado por la luz de la noche. Permanecí inmóvil, contemplándole una vez más. Sin pensarlo, movido por un ardiente deseo, casi infantil, moví mi mano hasta su brazo tocándole suavemente y luego lo deslice… Nada, no se movió. Fingí ruidos de dormido con mi boca y me moví un poco más bruscamente, tocando su vientre…Nada, no se movió, ni nada. Me giré un poco más, hasta que mi cara quedó casi en su hombro izquierdo, recostada… Nada, todo silencio. Me embriagó inmediatamente el perfume natural de su piel de niña; instintivamente mi boca se contrajo en una caricia sobre su hombro desnudo… Nada. Estaba profundamente dormida, pensé. Abrí mi boca y acaricié su piel más directamente, al tiempo que miraba si había una respuesta en su cara… Nada, no despertó. Me retiré un poco para contemplar su dulce carita dormida. Un instante después, apoyándome en mis codos, me acerqué más a ella, levantando mi cabeza. Me dirigí a sus labios poco a poco, no sin antes echar un ojo a los ...
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