José! Te fuiste y te la perdiste...5 - Relatos Eróticos

José! Te fuiste y te la perdiste...5

Los días subsiguientes no paraba de pensar en lo que habíamos hecho con el paraguayo o mejor dicho con lo que el paraguayo me había hecho, me dolía todavía un poco la cola y de vez en cuando me sangraba un poquito a la vez que me ardía, pero todo eso no hacía otra cosa que acrecentar mi excitación y mis ganas de volver a estar con el paraguayo, por momento me masturbaba pensando en lo que me hubiera hecho José con una herramienta casi el doble más grande que la del paraguayo y con una semejante cabeza cosa que la del paraguayo casi siempre estaba recubierta por la piel.fuimos encontrando los horarios para poder tener de media hora a casi una hora casi todos los días excepto los domingos que no se trabajaba y el depósito estaba cerrado. Cada sesión era un amasijo de carne que se entregaba a la lascivia,  explosión cada vez que estábamos juntos.me cogí a todas las veces que quería y me hacía tragar le la leche todas las veces que quería, yo siempre acababa de la misma forma con la pija del paraguayo en mi cola a el me masturbaba. Nadie se daba cuenta ni siquiera sospechaba de lo que hacíamos con el. No tuve noticias de José y cada vez que estaba con el paraguayo ayudaba a qué me olvidara de este. José, te fuiste, te la perdiste, de comerme el Julito de cogerme por primera vez, la pasaba muy bien con el paraguayo. Por momento trataba de disimular me gustó por la pija diciéndole a mi mamá que me gustaba tal o cual chica. Entonces mi mamá se quedaba tranquila que su hijo no era ...

... putito, y menos que se lo clavaba un empleado paraguayo.al cabo de unos cuantos meses y de coger siempre a las apuradas, el paraguayo le pidió a mi papá si le podía dar la pieza que estaba desocupada ya que era nuestro nidito de amor. Mi papá accedió y el paraguayo se mudó a esa pieza. Entonces ya no teníamos que estar a las apuradas, yo me escapaba por la ventana de mi habitación las 12 de la noche, y me iba a la pieza a coger con el paraguayo. Por momentos o a veces le robaba alguna de las diminutas bombachas a mis hermanas y me iba vestido solamente con una tanga y concretamente en cueros a la pieza, el paraguayo me veía y se volvía loco, si me volaba la tapa de la cabeza cuando me veía con una tanga de mis hermanas, yo me arrodillaba y le chupa la pija, él me cogía con mis piernas encima de sus hombros, me ponía en cuatro o contra la pared, me daba de todas las formas posibles, y cuando acababa yo le pedía que me la tirada en la cara y terminaba de limpiarle su pija recién acabada chupando y tragando hasta la última gota de semen. El paraguayo hacía conmigo lo que quería y a mí todo lo que me hacía mí encantaba. Cómo ponerme de rodillas y que me orinara la cara. Trataba de tener una vida social de muy machito, pero de noche era una puta que cumplía  todos los caprichos que a su macho se le antojaban. Los domingo ala tarde era nuestro día.yo inventaba que salía con alguien y me internada en la pieza y el depósito con el paraguayo sin que nadie se diera cuenta , ay este ...