El piano
Fecha: 24/12/2017,
Categorías:
Sexo Duro
Autor: eltiotino, Fuente: xHamster
... peticiones, de hecho, casi desde el principio me dejaba correrme en su boca, cuando la ocasión lo requería y ella se lo tragaba sin problemas. Pero lo de ese día fue diferente, tan salvaje, tanta furia que me dejó sorprendido, aunque no dije nada, pues pensé que a lo mejor, era una innovación en nuestras costumbres. El día siguiente -sábado-, tuve que ir a la empresa por pequeños problemas que me tuvieron ocupado hasta la hora de la comida. No comentamos nada del polvo anterior y después de comer hicimos la siesta. Habíamos quedado para cenar con unos amigos, así que empleamos la tarde en ducharnos y arreglarnos para salir. La cena y las copas fueron muy bien, aunque volvimos un poco tarde a casa y algo achispados. Yo había tenido fijas en mi mente todo el día, las imágenes del polvazo junto al piano y estaba bastante cachondo. Cuando nos acostamos, empecé a meterle mano a las tetas y ella reaccionó favorablemente. La besé en el cuello y fui bajando a sus pechos. Pasé mi lengua por sus pezones que se pusieron tersos inmediatamente y bajé hasta su vientre. Allí me entretuve un poco cerca del ombligo, para bajar luego a chupar la cara in- terna de sus muslos. Mi mujer ronroneaba y yo me excitaba más. Le abrí los labios y comencé a comerle el coño con un ansia que nunca había tenido. Me hizo parar para sentarse encima de mi cara y acercarse hasta mi polla que se metió en la boca. Me la chupó con ganas hasta que la tuve tan dura que no podía más. La puse a cuatro patas y le pasé ...
... la polla por su coño despacio, sin meterla. Sus gemidos me indicaron que era el momento de meterla y así lo hice. Empujé despacio al principio para ir aumentando la frecuencia poco a poco hasta que, ya desatados nos corrimos casi a la vez. El orgasmo fue genial, pero nos habíamos comportado de la manera a como estábamos acostumbrados. El domingo nos levantamos tarde, y a media mañana me puse a practicar con mi magnífico piano. Al momento estaba mi mujer allí, con la mirada de loba hambrienta.Se fue corriendo hasta nuestro dormitorio y de allí se trajo un juguetito que una vez le había comprado para que jugáramos juntos. Desnuda como iba, se tumbó en la alfombra a mi vista y empezó a restregarse el consolador por el coño hasta que lo tuvo bien caliente y lubricado, entonces se lo metió dentro y se masturbó delante de mi. Yo estaba como loco, deje el piano y me puse a su lado, me saqué la polla y se la metí en la boca, mientras con mi mano derecha la ayudaba a darse placer. Cuando me corrí en su boca, ella aún seguía con el consolador. Estuvo un buen rato más que yo. Y desde entonces siempre ha sido así. El piano despierta su furor uterino y yo no puedo quitármelo de la cabeza. Sólo pienso en volver a casa para tocar. Esto hace que se resienta mi trabajo, no me puedo concentrar en él. Las pérdidas han sido cuantiosas y voy a perder la empresa. También voy a tener que vender algunas propiedades superfluas, pero cuando le he planteado a mi mujer, vender el piano, me ha dicho que ...