1. Yago (V): Los criados del Duque


    Fecha: 23/12/2017, Categorías: Gays Grandes Relatos, Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... volveré a ofrecérosla Y se la enchufó hasta el fondo... El cabo, al sentirla en su interior sintió un gran placer; y no pudo decir que no... … así que, se dejó hacer... … hasta que oyó un fuerte golpe, detrás de él; y vio al capitán en el suelo... Yago, todavía desnudo, completamente rígido y con el escudo en las manos, miraba al capitán que yacía tendido en el suelo… - ¿Que has hecho?, le dijo el cabo - ¡Estaba violándote! - ¡Si!. Pero… … ¿y, ahora?... ¿que hacemos? El cabo se puso muy nervioso; pero, no por eso, dejó de cavilar, mientras se metía el calzón. - Ponte ese uniforme; dijo, señalando la silla del rincón. Creo que te quedará bien. Yo voy a por ayuda ¿vale?… … métele algo en la boca y átalo a la pata de la cama; y también, véndale los ojos. Luego, salió del cuarto, remetiéndose la camisa; y sin dejar de mirar, a un lado y a otro... Hasta que vio que podía llegar a la puerta del cuarto en el que se alojaban los criados del Duque, sin llamar a atención. Llamó a la puerta, y… - ¡Holáaa!... Era, Benoît, que salía, en ese momento, con bastante prisa, hacia las caballerizas. - ¡Ahoga no puedo atendegos!... Pego, ¡pasad!… Alfonse está ultimando los pgepagativos. - ¿Preparativos? Efectivamente, al entrar se encontró con Alfonse, ordenando las mudas del Duque y metiéndolas en un arcón, no demasiado grande. Pero, el criado del Duque, al ver al cabo tan arrebatado… - ¿Ocugge algo, mon ami? - ¡Alfonse!, si’l vous plaît. Solo vos podéis ayudarme… ¡venid conmigo!, rápido. Hoy, ...
    ... necesito vuestra ayuda más que nunca. Y Alfonse, que se había encariñado del cabo, en las últimas semanas, dejó lo que estaba haciendo; y le acompañó... Cuando entraron en el cuarto del cabo, Yago se había convertido en un apuesto oficial, pero sin galones, y con el bicornio de soldado. - ¿Quien es?, le preguntó Alfonse. - ¡Un amigo!. ¡Luego os contará él!… ...pero, ahora tenéis que sacarlo de aquí, lo antes posible. Y ¡lo más importante!... … tenéis que esconderlo muy bien. Lo están buscando; y no deben encontrarlo… ¡por favor!, Alfonse. Alfonse, le miró; y no daba crédito… - ¡Que guapo es!, se dijo a si mismo. Estaba encantado de llevárselo. Le parecía un verdadero un bombón. - ¡Esperad!, dijo Gabriel... Necesito que me ayudéis. Tiene que parecer, que hemos sido atacados, mientras el capitán revisaba el cuarto. - Golpeadme con la empuñadura de uno de esos sables, le dijo a Yago - Necesito que cuando despierte (y señaló al capitán), crea que nos han atacado a los dos. Y se desnudó... Miró a Yago; que había cogido uno de los sables que había junto al escudo. Y se tumbó junto al capitán. Le sacó el pañuelo de la boca, le quitó el que le tapaba los ojos... Y le también lo desató; y esperó a que Yago le golpeara, con la empuñadura. Yago, no vaciló… Y Gabriel empezó a sangrar... Luego, Yago volvió a colocar el sable en su sitio; mientras, Alfonse, con la puerta entreabierta vigilaba el pasillo. - ¡Ahoga!, ¡vámonos!. Ese era el momento para sacarlo del cuarto de Gabriel. Corrieron ...