La amorosa hija (Parte 13)
Fecha: 22/12/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... Sabía bien que seguía una plática mucho más tranquila, más sincera e íntima, propiciando en momento que ella tanto deseaba: ser también suya. Tomás contó, a su manera, su versión, sin abundar mucho en detalles, como Anne. Estela escuchó la versión corta. Pasadas las 10 de la noche, se despidieron. Estela recordó su insistencia de que durmieran en el hotel en habitaciones separadas, pero aquél romance ya estaba bien cimentado. “Tu hermana está en su mejor momento y supo cómo hacerle para rescatarme, Estelita. Es mi amante y jamás renunciaré a ella. Estoy enamorado de ella.”, fue la frase con la que concluyó Tomás la noche. Estela no sintió ni celos ni coraje, solo envidia. Se despidieron de beso y abrazo. ************************ Tomás se levantó aquel viernes como era su costumbre muy temprano. Se sentó en su escritorio y sacó la cámara digital, para deleitarse viendo a su hija mayor y él, en acción, y pasar las imágenes a su laptop y borrarlas, muerto de ganas, habiendo ya quitado a su hija menor de en medio. Al menos, eso creía. Grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta que era demasiado tarde y ver las fotos de Estela desnuda, mostrándole sus encantos. Era evidente que Anne y ella habían hecho más que platicar. Se puso de pie, desconcertado y puso la cámara junto a la computadora. Tomó la cámara y revisó de nuevo las fotos. No, no se trataba de Anne; era Estela, y era evidente que Anne las había tomado. Se preparó su café y salió a caminar, como era su costumbre, sin ...
... poder apartar su mente de las fotos: era demasiado. Las fotos de Anne con él solo servían para hacer más difícil la espera de los jueves de papi, pero ahora Estela, posando desnuda y provocativamente, le había dada otro vuelco a su vida, ¿acaso Estela quería convertirse también en su amante, o simplemente fueron cosas de mujeres andarse fotografiando? Era claro que Estela ya sabía de su amasiato con Anne, pero ¿Qué seguiría? Su caminata fue más larga de lo normal, dándole vueltas al asunto. Dejó la cámara digital encima de su escritorio a propósito, por si Estela se levantaba antes de su regreso, para que la viera y se diera cuenta que ya estaba al tanto. Comenzaba a salir el sol cuando regresó Tomás a su casa. Lo primero fue ver la cámara donde la dejó. Fue a la recámara de su hija y constató que aún dormía, pero en realidad, Estela ya estaba despierta. Albergando alguna fantasía, durmió mal, pero desnuda, por primera vez en su vida. Nunca pensó que le haría falta ropa de dormir sensual, vaya, ni la tenía. Era algo en que Anne y ella no pensaron. Decidió levantarse, más temprano que de costumbre, y se dirigió al baño. Tomó su pesada bata blanca de toalla y salió sin prenda alguna debajo. Fue a la cocina, donde papi tomaba su segunda taza de café. “Buenos días, papi”, dijo Estela en su habitual saludo, sin que su padre percibiera anormalidad alguna en su tono de voz. ************************* El habitual saludo de Anne a papi que cada mañana daba no obtuvo respuesta. Lo repitió ...